MIAMI.- La ciudad de Hialeah celebra este 2025 su primer centenario convertida en un símbolo del sur de Florida y en la segunda urbe más poblada del condado de Miami-Dade. Lo que hoy es un vibrante centro urbano de más de 280.000 habitantes comenzó como un pantano lleno de caimanes y gatos salvajes, donde los únicos residentes eran los indios seminoles. Allí, dos hombres con visiones distintas pero complementarias —James H. Bright y Glenn Curtiss— se unieron para forjar una ciudad a la que bautizaron con un nombre indígena: Hialeah “pradera” o “campo abierto”.
¿Quiénes fueron los fundadores?
James H. Bright, un ganadero de Missouri, llegó a Florida en 1909 con la idea de sembrar pastos para su ganado. Compró tierras en lo que hoy es Hialeah Drive y East Second Avenue y se instaló junto a su esposa en una zona inhóspita que parecía más locura que inversión. “Jim, ¿has perdido el juicio?”, le dijo ella al ver el pantano que sería su nuevo hogar, según recogía el periódico Home News en 1955.
Glenn Curtiss, por su parte, era un pionero de la aviación nacido en Nueva York. Talentoso inventor, ciclista, fotógrafo y diseñador de motores, llegó a ser conocido como “el hombre más rápido del mundo”, en su época. Fue también un innovador que ideó la disposición en “V” de los cilindros de los motores y uno de los padres de la aviación en Estados Unidos. En 1920, se retiró de la aviación y se mudó a vivir a Florida.
La unión que cambió la historia
Ambos se conocieron en 1913 cuando Curtiss propuso a Bright abrir una escuela de aviación cerca de Miami, en Deer Park, proyecto que pronto graduó a 200 alumnos. De allí nació una amistad y una sociedad que más tarde daría origen a tres ciudades en el sur de Florida: Hialeah, Miami Springs y Opa-locka.
Juntos crearon la firma Curtiss-Bright, dedicada a urbanizar terrenos cercanos a los Everglades y atraer familias. También construyeron la primera escuela de Hialeah, a pesar de la resistencia inicial de la Junta Escolar. Bright que no se daba por vencido fácilmente, incluso ofreció un préstamo de 10.000 dólares, prometiendo convertirlo en donación si el centro estudiantil no se llenaba de alumnos en dos años. La apuesta fue un éxito, y el dinero fue reembolsado.
En la actualidad, Hialeah cuenta con 60 escuelas públicas y 113 planteles privados destacando entre ellos, la José Martí Mast 6-12 Academy, calificada como una de las mejores escuelas de Florida y de la nación.
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Vista de Hialeah desde Miami Springs 1924.
El agua que dio vida a la ciudad
Uno de los mayores retos para la nueva comunidad fue el acceso al agua potable. En ese entonces, Miami era famosa por tener “la peor agua del país”. Bright pidió ayuda a Curtiss, cuyos ingenieros instalaron una bomba en un pozo en su propiedad. Para sorpresa de todos, el líquido resultó abundante y limpio.
Los fundadores ofrecieron a la Comisión de Agua de Miami siete millas de derecho de paso para construir un sistema de distribución y una torre. Así nació el suministro de agua que no solo benefició a Hialeah, sino al Gran Miami. Hasta entonces, los vecinos dependían de pozos individuales.
Auge en los años 20
Con el agua asegurada y la escuela en marcha, la ciudad comenzó a crecer. En la década de 1920, Hialeah se convirtió en un centro agrícola e industrial. Se abrieron los Miami Studios, donde directores y estrellas de Hollywood filmaban películas, y se fomentó la llegada de nuevas industrias.
El 19 de enero de 1925 abrió sus puertas el primer banco local, el Hialeah-Miami Springs Bank, con apenas dos empleados. Su misión era clara: que los ingresos y ahorros en la comunidad fueran manejados por personas que conocieran los problemas locales. Este banco resistió incluso la Gran Depresión y logró expandirse en la década de 1950. Ese mismo año -en 1925-, Hialeah quedó oficialmente incorporada como ciudad.
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Hialeah Miami Springs Bank
State Archives of Florida, Florida Memory
El nombre de Hialeah
A diferencia de otras ciudades, el origen del nombre está bien documentado. Bright y Curtiss, en busca de un nombre para llamar a esta localidad, consultaron a un grupo de indios seminoles. Uno de ellos, que hablaba inglés, señaló la llanura y respondió: Hi-A-Lea, “pradera” o “campo abierto”. Así quedó bautizada la ciudad que hoy conocemos.
El legado de dos visionarios
Además de escuelas y agua, los fundadores donaron tierras para el campo de golf de Miami Springs, la pista de carreras de caballos, las primeras iglesias metodista y bautista y el Ayuntamiento de Hialeah, ubicado en lo que hoy es el parque Triangle.
La asociación de estos dos visionarios duró hasta la muerte de Curtiss en 1930 y, más tarde, la de Bright en 1959. Ambos dejaron un legado de progreso que transformó un pantano en un polo urbano y económico del Estado del Sol.¡
Pioneros políticos de Hialeah
La historia de Hialeah no solo se escribe con visionarios como Bright y Curtiss, sino también con líderes que marcaron el rumbo político de la ciudad. Tras su incorporación oficial en 1925, el primer alcalde registrado fue John Peter Grethen, alrededor de 1926, quien encabezó los inicios de la administración municipal de una comunidad en plena expansión.
Con el paso de las décadas y el creciente influjo migratorio, la ciudad abrazó su identidad hispana. En noviembre de 1981, Raúl L. Martínez, nacido en Santiago de Cuba en 1949, se convirtió en el primer alcalde de origen cubano de Hialeah. Su liderazgo se extendió por 24 años, hasta 2005, convirtiéndose en una de las figuras más influyentes en la historia política local.
Más recientemente, Hialeah vivió otro momento histórico con la llegada de su primera mujer al frente de la alcaldía: Jacqueline “Jackie” García-Roves, de origen cubano y criada en la ciudad, quien asumió de manera interina tras la renuncia de Esteban Bovo. García-Roves, fue miembro del Concejo Municipal desde 2019 y vicepresidenta en 2024. Su nombramiento encarna el presente de una ciudad que sigue escribiendo capítulos de inclusión y representación.
Hialeah, cien años después
Un siglo más tarde, la ciudad es el corazón de una comunidad mayoritariamente hispana, en especial de origen cubano, y un ejemplo de resiliencia y crecimiento. Su economía, cultura y aporte social e industrial marcan la realidad de todo Miami-Dade.
Lo que comenzó como un sueño compartido por dos hombres de mundos distintos se ha convertido en una urbe pujante y diversa. De caimanes y pantanos a fábricas, escuelas y bonitos vecindarios: Hialeah cumple 100 años celebrando la visión de sus fundadores.