MIAMI.-JESÚS HERNÁNDEZ
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El equipo de nueve estudiantes de Urbanismo y Planificación apuesta por una mejor planificación para mejorar la calidad de vida de los vecinos de la barriada miamense
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Tras varios meses de consultas y estudios dirigidos, la escuela de urbanismo y planificación regional de Florida Atlantic University (FAU) presentó, bajo la dirección del profesor Frank Schnidman, una serie de ponencias que están destinadas a ayudar a la administración municipal a concebir una mejor planificación para mejorar la calidad de vida de los vecinos de La Pequeña Habana, en Miami, al mismo tiempo que fomentar la zona, luego que esta manifestó cierto grado de revitalización en los últimos años.
“Hemos visto el cambio de una barriada a la que la gente le daba miedo venir, a otra que ha mejorado. Sabemos que tenemos muchos retos, sobre todo cambiar la percepción negativa que aún existe sobre este lugar”, manifestó el alcalde de Miami, Tomás Regalado, al dar inicio a la presentación de las ponencias, que tuvo lugar en el centro Cuba Ocho.
Alcalde Tomás Regalado
Luego añadió: “En Calle 8 fue donde comenzó la historia del nuevo Miami. Aquí fue donde los cubanos exiliados comenzaron a trabajar. No podemos permitir que la historia sea olvidada. Tenemos que recordar aquellos que abrieron el camino para construir esta ciudad de nacionalidades que tenemos hoy”.
Ponencias
La serie de ponencias abarcó nueve renglones fundamentales de la planificación socioeconómica y urbanística de la barriada, desde la visualización de las dificultades actuales hasta la preservación de los inmuebles y el desarrollo económico, que fueron preparadas por nueve estudiantes de la institución académica, afincada en Boca Raton, que tuvieron que cruzar la barrera cultural que caracteriza a Miami para entender las necesidades y realizar los análisis necesarios.
Equipo de estudiantes expositores, junto al profesor Frank Schnidman (centro).
“Encontramos un área muy extensa, que abarca la zona urbana que corre desde I-95, la margen del río Miami y la autopista 836 hasta la avenida 37 del NW por el oeste y la calle 11 del SW por el sur”, delimitó la ponente Allison Golberg al presentar su estudio Visualizing Little Havana, o visualizando a La Pequeña Habana.
Golberg realizó una exhaustiva investigación que arrojó datos tan importantes como que el desempleo fluctúa entre el 12 y el 1,8% de un extremo al otro y en determinados sectores de la barriada, siendo, sorpresivamente, la zona aledaña a la autopista 836, entre las avenidas 22 y 27, la más afectada.
Acto seguido, Sylvia Miller abordó los resultados de un sondeo que realizó entre los vecinos de la zona y tituló Desires for the future, o deseos para el futuro, para conocer ciertas condiciones económicas y sus deseos de prosperidad.
Gracias a la joven estudiante Miller hoy sabemos que el 60% de los residentes del área nacieron en el exterior, la mayoría de ellos cubanos, aproximadamente el 64%, seguidos por hondureños, nicaragüenses y otras nacionalidades.
Hoy también sabemos que el 47% es propietario del inmueble en el que vive, el 40% comparte el alquiler y el 77% conduce automóviles para viajar cada día para ir al trabajo.
“Una de las cosas que más les gusta a los vecinos La Pequeña Habana es la cercanía al trabajo, la facilidad para andar en la zona, precio de la vivienda y la actividad cultural, aunque están muy preocupados por el incremento del tráfico y le gustaría ver más árboles, parques, estacionamientos y menos actos delictivos”, enumeró la expositora.
Asimismo, Ekaterina Yagodina planteó Issues of Vacant Parcels, o cuestiones de las parcelas vacantes, ante el auge de la construcción en zonas aledañas, como Downtown, Brickell y Coral Gables.
“Hay 813 parcelas disponibles que podrían atraer la atención de urbanizadores y alterar el equilibrio arquitectónico de la barriada”, resaltó.
Fadia Jawhari apostó por la necesidad de crear más espacios públicos, mientras Tori Golden planteó la abundancia de mercados pequeños de alimentos ante la carencia de supermercados y Branden Conley propuso el tema de las religiones y la tolerancia, principalmente la santería, aunque no expuso datos específicos sobre la práctica.
Alexander Biray defendió la necesidad de preservar la identidad histórica de la arquitectura, ante el avance de las nuevas construcciones.
“Es hora que los residentes, los dueños de negocios, el ayuntamiento y los urbanizadores se reúnan y aborden estos asuntos para proteger las edificaciones más antiguas, que simbolizan la historia de la barriada”, recalcó.
Luego exhortó a crear más incentivos económicos para animar a los inversionistas a remozar los viejos edificios y recrearlos, respetando sus fachadas, en pequeños hoteles, viviendas u otros negocios.
“También hay que establecer una guía de diseño, sobre todo para las fachadas, las alturas y las zonas comunes para mantener una uniformidad urbanística específica”, subrayó.
Profesor Schnidman
Por otra parte, el profesor Schnidman agasajó al equipo de estudiantes que preparó las ponencias y señaló: “Estos estudiantes han hecho un trabajo muy profesional”.
Mientras tanto, Lauren Gratzer presentó Affordable Housing, vivienda asequible, con el que analizó el inventario de viviendas y el costo de vivir en La Pequeña Habana.
“Entendemos que es asequible cuando el gasto de alquiler o hipoteca, más servicios, como electricidad y agua, no supera el 30% del ingreso familiar”, alertó, antes de exponer que sólo el 9,34% de las viviendas de La Pequeña Habana son consideradas asequibles.
“Esto es insostenible para una población que supera los 91.000 habitantes”, resaltó.
Para concluir la serie de ponencias, Kent Walia expuso su investigación Economic Development, o desarrollo económico, que arrojó una media de 6,1% de desempleo, cuando el país reporta 5%, el estado de Florida 4,9 % y Miami-Dade 5,6 por ciento.
De hecho, los ingresos fluctúan entre 9.500 y 110.000 dólares al año pero la media en La Pequeña Habana es tan sólo algo más de 20.000 dólares.
“Recomendamos aumentar la oferta de entrenamiento para obtener oficios, atraer a inversionistas para crear más empleos y aumentar la llamada zona empresarial, o enterprise zone, que provee incentivos económicos a los inversionistas”, señaló.
Además, Walia resaltó la necesidad de aflojar ciertos códigos municipales, facilitar los trámites a los inversores e incrementar ciertos beneficios que igualmente estimularían las inversiones.
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