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MIAMI.- Tres días después del paso del huracán Irma por Los Cayos de la Florida el desasosiego sigue rondando la zona. La autoridad condal de Monroe había reportado este miércoles ocho muertes relacionadas con la tormenta que azotó el domingo.
Según el informe, dos fallecimientos ocurrieron en Cayo Hueso y los seis restantes en otros lugares de la jurisdicción. Mientras tanto, los socorristas continúan tocando puerta por puerta en busca de damnificados, ante la ausencia de la gran mayoría de población que corrió a tierra firme, en Miami y otras zonas del país.
Las zonas que más preocupan son Big Pine Key y Cudjoe Key, por donde pasó el vórtice del huracán con sus vientos sostenidos de 130 millas por hora, unos 209 kilómetros por hora.
No obstante, miembros del Ejército y la Guardia Nacional colaboran con fuerzas regionales en la búsqueda de personas que podrían haber permanecido en casa durante la tormenta.
“Sabemos que hay mucha gente preocupada por quienes se quedaron en Los Cayos y no han podido contactarlos” por la falta de servicio telefónico, eléctrico y consecuentemente internet, comentó la vocera del Condado Monroe, Cammy Clark.
Mientras tanto, sólo el 7% de la población en Cayo Hueso tiene fluido eléctrico, mientras el resto de los cayos sobrevive con la luz del día y en medio de la oscuridad de la noche.
Imágenes
Salvo las imágenes aéreas publicadas por la Agencia Nacional de Océanos y Atmósfera (NOAA) en su portal cibernético Noaa.gov, son pocas las señales que ofrecen una idea clara de lo que sucedió en Los Cayos.
De hecho, la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA) reportó que el 25% de los inmuebles fueron destruidos y al menos 65% dañado.
A juzgar por las fotografías satelitales ofrecidas por NOOA, que no incluye aún la llamada zona cero de Cudjoe Key y sus 10 millas de radio a la redonda, se observan daños considerables en los techos de los inmuebles, aunque, sorpresivamente, no parecen ser desastrosos.
En la zona sur de la cayería, donde se encuentran Boca Chica, Stock Island y Cayo Hueso, se aprecian daños en los techos, embarcaciones que fueron arrastradas por el mar a tierra y áreas costeras cubiertas de arena.
En Islamorada sobresale la destrucción total de los campos de casas rodantes o tráilers, los grandes daños a la vegetación y embarcaderos, y cientos de yates y otras embarcaciones depositadas en tierra, luego de haber sido arrastradas por la marejada que inundó los cayos.
“Si algo pudo haber salvado a muchos techos en Los Cayos fue la existencia de las cubiertas de metal, que, a diferencia de las tejas de barro y las láminas shingles, reciten el embate de fuertes vientos”, declaró a DIARIO LAS AMÉRICAS el arquitecto Darío Ruiz, vecino de Key largo, que regresó a su casa el martes, luego que las autoridades estatales permitieron el paso de los residentes de la zona norte de los cayos.
Salvo la vegetación que anunciaba la entrada de la casona y el pequeño muelle de madera que servía para embarcarse, la propiedad de Ruiz no sufrió daños mayores.
“El yate lo protegí en el garaje, que fue precisamente ideado para resguardarlo”, señaló.
Ruiz subrayó que ley de construcción en el sur de la Florida debería ser “considerar” el uso de “las cubiertas de metal” como solución al grave problema de la destrucción de los techos.
“Hay quien piensa que el metal es más caro pero no es así. Bastaría comparar el tiempo de duración de las tejas de barro o las láminas shingles con la permanencia del metal”, argumentó.
Además, el arquitecto subrayó: “Basta saber que los altos vientos huracanados prácticamente se deslizan por el metal y no levantan las láminas”.