
La polémica que protagoniza la inmensa bandera puertorriqueña que cubre la fachada de un edificio de cuatros pisos y anuncia la presencia del restaurante La Placita llega a la cima de la discordia
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@JesusHdezHquez
MIAMI.- Tras dos años de intensa disputa con la autoridad municipal de urbanismo de Miami, el inmenso mural de bandera puertorriqueña que cubre la fachada del edificio de cuatro plantas que alberga el restaurante La Placita continúa en el limbo, y ahora, que el plazo dado caducó el martes 16, los propietarios del negocio se enfrentan a recibir una multa de 200 dólares por cada día que la pintura permanezca.
La edificación donde se encuentra el restaurante, que según el archivo condal de propiedades en Miami-Dade fue construida en el 2009 y pertenece a Balans Biscayne Properties LLC, está situada en la zona MiMo, a la altura de Biscayne Boulevard y la avenida 68, cuya barriada es protegida por sus valores arquitectónicos art déco.
La posesión del restaurante es compartida por el chef José Mendin y el actor Julián Gil, lo que suma exposición mediática a la reclamación.
En principio, la administración del restaurante alegó que obtuvieron un “permiso de evento”, apertura, a través de un proceso exprés y que la insignia es “un tributo a la cultura de Puerto Rico”, pero el Miami Code Enforcement Office (MCEO) alega que la edificación está situada en la protegida zona MiMo y que la mencionada ‘autorización’ no fue dada por el Historical and Environmental Preservation Board (HEP), que es la institución reguladora de barriadas protegidas.
De hecho, la solicitud formal fue sometida más tarde al cuerpo regulador, que votó 5 a 3 declinar el permiso, y tras un par de apelaciones e intentos por obtener la protección como “pieza artística”, la autoridad municipal de urbanismo insiste en retirar la pintura.
Entonces, ante la presencia de otro mural, mucho más pequeño, que anunciaba la existencia del restaurante Organic Bites, a solo dos cuadras de La Placita, las partes acordaron ‘esperar’ por el retiro de ambas pinturas.
Un año después, Organic Bites cerró sus puertas y el mural fue retirado, y la Placita recibió el aviso de que serían multados a partir del 16 de febrero.
"Lucharé contra viento y marea para defender esta obra de arte y la cultura puertorriqueña. Como puertorriqueño y latino hemos sido víctimas de un ataque sin escrúpulos de intereses racistas en contra de nuestra comunidad", señaló Gil a través de un comunicado.
Acorde a los archivos de HEP, el fallo está basado en el Capítulo 23 del código urbanístico de la Ciudad de Miami, “que dicta las reglas de protección en barriadas que son declaradas protegidas”, como es el caso de MiMo.
“Nuestros abogados van a pelear la nueva decisión de la Ciudad de Miami. Nuestra bandera se respeta, la vamos a defender. Tenemos el apoyo de la diáspora puertorriqueña, nos vamos a hacer sentir”, recalcó.
Opiniones
Hay quienes opinan de otra manera. “No me molesta. Creo que luce bien”, declaró Aida, que vive en un edificio que está situado justo al frente del mural.
“Pero comprendo que hay leyes por cumplir. Y si no las cumples hay consecuencias. Si no te gustan, trata de cambiarlas o simplemente vas a otro lugar donde puedas hacer lo que desees”, argumentó.
Mario, el esposo de Aida, reflexionó acerca del origen de la bandera: “Si fuera americana, o cubana, pregunto si habría una disputa similar”.
“Imagino que no. Serían más condescendientes”, aseguró.
A tres cuadras de allí está el restaurante italiano Via Verdi, donde la dependiente Mirta asegura haber sobrevivido “la peor época” en los siete años de existencia del local, dado el duro golpe que produjo el cierre por la pandemia de coronavirus.
“Toda esta zona ha sufrido mucho. Más de la mitad de los negocios han cerrado sus puertas. Para mi gusto, ese mural es una excentricidad, pero creo que es hora de llegar a acuerdos por tal de mantener un local abierto”, consideró.
En efecto, los letreros ‘se alquila’ cuelgan en varios locales de la zona. Bastaría caminar entre las calles 60 y 70 para contar más de 20 espacios disponibles.
Hace cinco años, cuando la barriada optaba por la condición municipal ‘histórica’ se notaba el resurgimiento de la zona. Los antiguos moteles, que otrora fueron testigos de citas a escondidas y otras actividades, comenzaban a lucir nuevos colores pasteles, jardines y habitaciones remodeladas.
Varios restaurantes fueron entonces establecidos. Algunas cadenas de renombre, como Subway, UPS y Pollo Tropical, apostaron por la zona. Incluso un centro de diseño para el hogar abrió sus puertas.
En realidad, la barriada MiMo, que se extiende a lo largo de Biscayne Boulevard, entre las calles 50 y 77 del NE, fue declarada Distrito Histórico por la Comisión de la Ciudad de Miami en el 2006, y desde entonces la HEP, que está “compuesta por ciudadanos designados que representan las disciplinas de la arquitectura, la historia y la preservación histórica, así como los intereses de las comunidades comerciales y vecinales”, según explica el portal del ayuntamiento; ha regulado básicamente todas las remodelaciones y construcciones en la zona.
Acuerdos
El abogado Luis Martínez, del bufete Martinez & Associates, cree que “hay que tener en cuenta la ley, nos guste o no, independientemente del contenido de la violación y las circunstancias”.
Y planteó que, como abogado, cree en los acuerdos. “Llegar a un acuerdo, te doy y me das, teniendo en cuenta la situación”.
Pero el letrado también trazó que cree en los precedentes. En lo que un acuerdo de este tipo podría traer a futuro.
“Si el HEP tranza, si el ayuntamiento opta por retirar la orden, se crearía otra situación. Otros vendrían después y pedirían, o exigirían, murales, construcciones, o cualquier otra cosa. Entonces, no tendría sentido nombrar una barriada histórica para protegerla”, alegó.
DIARIO LAS AMÉRICAS trató de contactar a los propietarios de La Placita y la autoridad municipal MCEO por teléfono o correo electrónico para obtener más declaraciones, pero no obtuvo respuesta al cierre de esta edición.