domingo 19  de  enero 2025
MIAMI-DADE

Orlando Gutiérrez: "El presidente Trump debe ayudar al pueblo cubano"

Está convencido de que el renacer de la nación depende de la unidad de los cubanos exiliados y la oposición, y haya inspiración en la prédica martiana para reorganizar la sociedad civil
Por ILIANA LAVASTIDA Y JESÚS HERNÁNDEZ
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MIAMI.- Entre los líderes del exilio cubano en Miami destaca Orlando Gutiérrez y su trabajo en el Directorio Democrático Cubano, que forma parte de la Asamblea de la Resistencia Cubana, donde se agrupan algunas de las principales organizaciones de exiliados y de la oposición interna.

De palabra aguda y centrado en la realidad sociopolítica que caracteriza a la sociedad cubana, Gutiérrez, que salió de Cuba a los cinco años y desde entonces mantiene viva la imagen del lugar donde nació, habló con DIARIO LAS AMÉRICAS sobre un esperado cambio de política de Washington hacia La Habana, las tareas de la oposición cubana y su opinión sobre la derogación de la política “pies secos, pies mojados”, así como la evolución política y social de la comunidad cubana en Miami y su ideal sobre el futuro de la nación caribeña.

-Una buena parte de la oposición en Cuba intuye que el nuevo Gobierno de EEUU podría ser positivo para agilizar un cambio político en Cuba, tras el proceso de flexibilización del presidente Obama. ¿Cuál es su percepción al respecto?

Las declaraciones de Donald Trump sobre el caso cubano han coincidido con nuestro sentir. Clasificó a Fidel Castro como dictador, expresó su respaldo a la oposición en la isla y a la resistencia cubana. La aspiración de Raúl Castro es que Trump continuase con el juego de Obama con la política de concesiones unilaterales. Por lo que puedo ver, Trump va en una dirección diferente. No creo que un presidente siente esas bases sobre la política hacia un país y después las cambie. Aquí hay un cambio profundo. Además, hay un despertar del poder electoral cubanoamericano. Hemos visto una movilización en los últimos meses como hacía tiempo no se veía. No sólo por la muerte del tirano, sino por la energía que ya se sentía antes. Hemos visto mucha gente joven incorporarse a esta causa. Vimos cómo jóvenes nacidos aquí y recién llegados de Cuba se unieron en una afirmación de cubanidad. Y eso se traduce en votos, se traduce en un poder electoral que está establecido por todos oficiales electos cubanoamericanos. Y tal vez por eso Trump ve a Cuba no sólo como un factor de política exterior, sino también de política interna.

-¿Habrá un regreso a la línea dura con la dirección diferente que usted percibe de la administración Trump?

Yo no diría línea dura. Es una línea realista. ¿Con quién estamos lidiando en Cuba? Con un grupo mafioso que no tiene escrúpulos. Es un régimen que ve cualquier gesto de generosidad como si fuera una debilidad. Vieron en la generosidad de Obama una luz verde para continuar con la represión. La forma realista de lidiar con mafiosos es con un mensaje muy claro y objetivos muy definidos, que hagan saber que hay una diferencia sustancial entre el régimen cubano y un gobierno democrático como el de Estados Unidos.

Raúl Castro dijo hace unos días que estaba dispuesto a conversar con Trump si se respeta la soberanía cubana. En realidad, Raúl Castro ha robado la soberanía cubana. En Cuba el pueblo no tiene forma de expresarse. Ellos han creado una catástrofe en la isla que amenaza la vida misma de la nación cubana. Cuba es el país con la tasa más alta de suicidios en el hemisferio, de abortos, de refugiados. Es un país que se está desangrando y eso causa una enorme cantidad de refugiados. El Gobierno de Donald Trump cuenta con un grupo ideológico que tiene una visión muy nacionalista, muy basada en la soberanía estadounidense. Y lo que el Presidente debe entender es que sólo la recuperación de la soberanía por parte de los cubanos puede detener la hemorragia de recursos humanos de Cuba y convertirla en un próspero socio, y no en la carga que es para Estados Unidos en estos momentos.

-En su opinión, ¿debe el Gobierno de Trump replantear las relaciones diplomáticas con Cuba?

Hay que mantener la embajada. No se debe retroceder. No le conviene ni al pueblo de Cuba ni a los Estados Unidos nada menos que una embajada. Dada la muerte de Fidel Castro y la desaparición pronto del núcleo central del régimen, el objetivo realista de Trump debe ser ayudar al pueblo cubano en la más pronta recuperación posible de sus libertades.

-¿Cómo percibe la derogación de la orden “pies secos, pies mojados”, para permitir el ingreso a EEUU de cubanos sin visas?

La política de Obama estaba dirigida a fortalecer el régimen cubano y a tenerlo en cuenta como interlocutor válido en las relaciones futuras entre ambos países. Obama ignoró la ley de libertad cubana que subordina la política de Estados Unidos a la democracia y el respecto de los derechos humanos en Cuba. Dentro de ese contexto, decirles a los cubanos que ya no tiene asilo en EEUU es un acto inmoral. Reúso que nos metan en el gueto del tema migratorio porque de ahí no sale la solución. No podemos hablar de inmigración solamente porque ahí es donde el régimen cubano quiere tenernos.

-¿Qué es lo que más le motiva a perseverar por el fin de la dictadura en Cuba?

El daño espiritual, cultural, que le han hecho a la nación cubana es mi inspiración para luchar hasta la muerte.

-¿Falta solidaridad internacional para acabar con ciertas dictaduras?

Bajo los gobiernos de Jimmy Carter, Ronald Reagan, George Bush, Bill Clinton y George W. Bush hubo un esfuerzo innegable por convertir el respeto a los derechos humanos en una política de Estado. Durante esos tiempos la comunidad internacional, basada en los derechos de la democracia, fue muy activa en apoyar a la oposición en Cuba. Eso ha cambiado. Obama le dio marcha atrás a esa política internacional de Estados Unidos y hemos visto un debilitamiento de la disposición de la comunidad internacional a favor de los derechos humanos, la libertad y los derechos públicos. Obama tomó la política de reconocer a los estados tal y como estaban, y eso ha hecho daño a la gestión de solidaridad con los pueblos oprimidos.

La tiranía castrista cuenta con un aparato de apoyo internacional, que comienza aquí en EEUU, que no ha tenido ningún otro régimen. Quisiera Pinochet o Franco haber tenido el apoyo de ideólogos en universidades y prensa que ha tenido el régimen de Castro, que siempre ha sido parte de un oscuro aparato internacional de izquierdas antidemocráticas.

Esto ha sido parte esencial del mantenimiento de la tiranía en Cuba, además el terror que los gobernantes democráticos le tienen a ese aparato. Yo he viajado por toda América Latina buscando apoyo para la democracia en Cuba. Los gobiernos le tienen miedo. Me he reunido con el FMLN, grupos de izquierda y he encontrado un gran terror al aparato de inteligencia castrista. Traicionaría el concepto de confidencia si digo quienes.

Orlando Gutierrez
<div>Orlando Gutiérrez conversa con el director de DIARIO LAS AMÉRICAS, Osmín Martínez; el editor de noticias locales, Jesús Hernández, y la subdirectora, Iliana Lavastida, durante su visita a la redacción del periódico.</div>
Orlando Gutiérrez conversa con el director de DIARIO LAS AMÉRICAS, Osmín Martínez; el editor de noticias locales, Jesús Hernández, y la subdirectora, Iliana Lavastida, durante su visita a la redacción del periódico.

-Hablamos de la valentía de la oposición en Cuba pero pocas veces mencionamos los desaciertos que han dificultado la misión por la democracia ¿Cuáles son los puntos en los que no han sido efectivos?

Conocemos cómo funciona el régimen represivo, que tiene todo el poder a su disposición. Es una oposición heroica porque vive en unas condiciones completamente adversas. Por eso se hace muy difícil llevar a cabo cualquier misión. Hay un sector que actúa como si el régimen fuera un gobierno a respetar. Concesiones de valor como referirse a Raúl Castro como presidente. Mientras mejor definamos los términos, más fuerte será la oposición. En la política la batalla comienza y termina por las palabras.

-¿Cómo valora la función de la Asamblea de la Resistencia Cubana?

Su creación hizo más efectivo la movilización del exilio en Miami, la oposición dentro de Cuba y la opinión pública internacional. Me alegra mucho que el Directorio Democrático Cubano, junto a otras organizaciones, cerca de 20, fundáramos la asamblea. Esto cumple con la tradición democrática cubana asambleísta. Para reaglutinar a la sociedad civil cubana hay que pasar por una asamblea. Defendemos a la familia, las tradiciones y la cultura. El mandato es orgánico, no es ideológico. Queremos la democracia representativa porque es la que mejor se asemeja a la identidad del cubano. José Martí lo aceptó en su momento. La democracia es lo que mejor nos conviene por nuestra forma de ser libre. La reconciliación, el saneamiento del pueblo cubano, comienza indiscutiblemente con la recuperación de las libertades públicas. Sin eso no hay reconciliación.

-¿Considera que ha habido un cambio en la comunidad cubana en Miami, desde el punto de vista social, político, económico y cultural, con las múltiples oleadas de migrantes de la isla en los últimos años?

El exilio cubano es una república invisible. Por lo tanto, es una entidad pluralista. Siempre lo ha sido. Me encantaba ir a las librerías cubanas en Miami porque encontraba una gama de pensamientos muy amplia, desde anarquismo y nacionalismo hasta socialistas. Todo eso existe dentro del exilio cubano y lo mismo aplica a las generaciones. Lo que une a nuestra comunidad es un sentido de rechazo al régimen de Castro muy profundo. Una de las cosas que se dio en esta elección presidencial (8 de noviembre) y distritos electorales, donde hay mayoría cubana, el voto fue otorgado abrumadoramente para castigar la política de Obama hacia Cuba. Y en esos lugares votaron los cubanos que llegaron hace 50 años y también los que llegaron hace cinco. Es una comunidad con matices, como es Cuba, pero tiene una unidad de sentido patriótico formidable. Eso muestra que nuestra comunidad es diversa y representativa de la Cuba que puede ser.

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¿Cómo afecta esa injerencia a las democracias de la región?

Miren cómo socavaron la democracia venezolana. Eso fue un plan establecido. No estoy justificando los errores de la clase gobernante venezolana anterior pero allí había una democracia. ¿Cómo la socavaron? Eso fue un plan riguroso, cuyo objetivo era tomar Venezuela o México. Tomaron Venezuela. Ocupan Venezuela. El general cubano Carlos Fernández estuvo dirigiendo la represión en Venezuela. Muchas veces no nos percatamos que estamos frente a un aparato internacional muy bien engrasado que respalda estas dictaduras hasta el final.

-¿Cómo imagina esa Cuba que puede ser?

La imagino con la más diversa gama de pensamientos que podamos imaginar. Eso representa la Cuba alternativa, la Cuba democrática. Lamentablemente, el primer experimento republicano apenas duró 56 años. Pero lo que lograron los cubanos en ese corto tiempo, tras recibir un país devastado por la guerra de independencia, es cuando menos impresionante. Y eso fue posible porque hay algo muy especial en los cubanos. Hay una mezcla de razas, un sentido de propósitos y unidad que produce la creatividad. Y eso se ve en el exilio cubano. Así que ese país que puede ser es un país creativo que podría parecer caótico en algunos aspectos pero así es la democracia, con mucho compromiso nacional, y esa es la Cuba que puede ser.

-¿Se imagina regresando a Cuba?

Nunca me he ido de Cuba. Siempre he estado dentro de la nación cubana. No he estado en el territorio nacional pero he estado dentro de la nación cubana, gracias a mi familia que siempre respiró cubanidad, por mi cultura y tradición. Salí de Cuba cuando tenía cinco años y antes de salir mi padre me llevó por varios lugares de La Habana para que siempre los recodara. Disfruto ser cubano. Es estéticamente bello ser parte de la identidad cubana. Pisar el suelo cubano será el dulce, ojalá Dios me lo dé.

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