MIAMI. - Una severa crisis de vivienda afecta a Florida, donde el número de familias sin hogar se ha disparado un 28% en los últimos tres años, impulsado por un aumento de casi el 40% en los costos de alquiler y una afluencia masiva de nuevos residentes.
Un informe reciente de la Universidad de Florida (UF) detalla cómo la combinación de una oferta limitada de viviendas y una demanda creciente ha dejado a miles de familias trabajadoras en una situación precaria, mientras las políticas estatales limitan las soluciones locales para mitigar el impacto.
Impacto en familias trabajadoras
El Estudio del Mercado de Alquiler 2025, elaborado por el Centro de Estudios de Vivienda Shimberg de la UF revela que 29.848 personas y 44.234 familias carecen de una vivienda estable. De manera alarmante, 6.049 de estas personas son jóvenes que se encuentran solos y sin techo.
El análisis subraya que cerca de 904.635 hogares de inquilinos, que perciben entradas inferiores al 60% del ingreso medio del área, destinan más del 40% de su dinero al pago del alquiler.
Ashon Nesbitt, director ejecutivo de la Coalición de Vivienda de Florida, destacó que muchas de las personas que enfrentan esta inestabilidad son parte fundamental de la fuerza laboral del estado.
El 79% de los hogares de inquilinos incluye al menos a un adulto con empleo, en comparación con el 67% de los hogares propietarios.
Mercado inmobiliario bajo presión
La raíz del problema se encuentra en el drástico aumento de los alquileres, según la investigación.
Entre 2019 y 2023, el costo de las unidades multifamiliares se incrementó en un 39%, al pasar de $1.238 a $1.719 mensuales.
Este aumento de casi $500 coincide con la llegada de más de un millón de nuevas familias a Florida, de las cuales aproximadamente 195.000 son inquilinos.
Anne Ray, gerente del Centro de Datos de Vivienda de Florida en el Centro Shimberg, explicó que "el fuerte crecimiento poblacional de Florida ha chocado con una oferta limitada de viviendas, empujando los alquileres más allá de lo que muchas familias pueden permitirse".
A esta presión demográfica se suman otros factores como la especulación inmobiliaria. Firmas de capital privado y fondos de inversión han adquirido propiedades para remodelarlas y aumentar su valor de alquiler.
Además, la conversión de viviendas en alquileres de corta duración a través de plataformas digitales ha reducido la oferta disponible para residentes permanentes.
Los desastres naturales, como los huracanes, también han contribuido al desplazamiento de personas y a la destrucción de viviendas asequibles, acelerando procesos de gentrificación en las áreas afectadas.
Políticas estatales
Las políticas adoptadas a nivel estatal han restringido la capacidad de los gobiernos locales para enfrentar la crisis. Leyes como la "Live Local Act" y la "Residential Tenancies Act" han impedido la implementación de controles de alquileres y otras regulaciones que podrían proteger a los inquilinos.
La crisis se extiende por todo el estado, pero se concentra en áreas específicas. El 64% de los hogares que sufren una carga excesiva por el costo de la vivienda se ubican en los nueve condados más poblados de Florida.
A pesar de que algunos mercados muestran signos de estabilización con ligeras caídas en los precios de los alquileres, la situación sigue siendo crítica para casi 905.000 inquilinos de bajos ingresos.
La posible pérdida de protecciones de asequibilidad para más de 33.000 unidades de vivienda asistida para el año 2034 agrava aún más el panorama, lo que exige una intervención coordinada para desarrollar políticas integrales que garanticen una vivienda asequible para las familias trabajadoras.