MIAMI.- Hace apenas una semana entró en vigor una ley en Miami-Dade que exige a dueños de viviendas notificar, con al menos 60 días de antelación, el fin de arrendamiento o el aumento de alquiler a partir de 5%, pero la creciente falta de viviendas asequibles exige mucho más que eso, en medio de una ‘tormenta perfecta’ que no da signos de terminar pronto.
Bastaría leer el informe de la firma de agentes inmobiliarios Realtors.com sobre el alquiler para entender que el auge de construcciones a lo largo de la costa del Gran Miami está marcando la pauta de precios.
Una media de alquileres que oscila entre 4.000 y 1.900 dólares al mes por un apartamento de un dormitorio, que termina afectando lugares distantes del mar como La Pequeña Habana, el suroeste y el oeste de Miami-Dade y Hialeah.
“El centro de Miami luce hermoso con sus altos edificios. La Ciudad ha hecho una magnífica labor en poco tiempo para hacernos más grande, pero creo que, al mismo tiempo, han suscitado una situación que afecta el resto del condado”, opinó a DIARIO LAS AMÉRICAS el consultor político Andrés Sánchez, de la firma Sánchez & Associates.
Sánchez se refiere al lujo y los altos precios que significan las grandes construcciones a lo largo de la costa, que, junto al cierre de la economía durante la pandemia de coronavirus, los gastos públicos extraordinarios y la subsiguiente inflación que todos esperaban, incitó el alza de alquileres.
Hoy, acorde con reportes suministrados por agencias federales, la mayoría de los inquilinos emplean más del 29% de sus salarios para pagar la vivienda donde viven, entretanto hay otros que emplean más del 59% de sus ingresos, lo que es una cifra muy superior a la media de 30% ‘sugerida’ por el Departamento de Viviendas de Estados Unidos.
El alza del alquiler hace a Miami y sus zonas adyacentes la región menos asequible del país.
Según Realtor.com, el desmedido aumento se debe "en parte a una proporción cada vez mayor de propiedades de alquiler de lujo".
En efecto, en una ciudad, donde el salario promedio por hogar no supera los 54.000 dólares al año, o sea unos 41.200 en efectivo tras el pago de impuestos al Gobierno federal, es necesario contar los centavos para pagar veinte mil facturas y llegar al fin de mes.
¿Qué hacen los gobiernos locales?
Tanto Miami, como Miami Beach y Hialeah, entre otras municipalidades, apuestan por alianzas con el sector privado de la construcción para estimular la edificación de viviendas asequibles, teniendo en cuenta estímulos fiscales y terrenos públicos disponibles que arrendan por menos dinero.
Pero, ni eso es suficiente para afrontar el alza del alquiler de viviendas. Los gobiernos locales, desde municipales hasta el condal, no cuentan con los millones de dólares suficientes para construir. Aunque hay programas federales e incluso el estado de Florida, que algo provee.
“Continuamos trabajando con la empresa privada para estimular la construcción de viviendas asequibles, pero el mayor problema que tenemos es la falta de terrenos públicos”, comentó el comisionado de Miami Manolo Reyes.
No obstante, Reyes logró materializar la idea de construir 40 apartamentos asequibles en Flagami y ahora aguarda por la edificación de 90 más en la zona de la calle 10 y la avenida 30.
Respecto al Condado, el director de vivienda pública de Miami-Dade, Michael Liu, explicó, durante una alocución en Actualidad Radio, que, de las 64.000 unidades previstas, acorde a necesidades de alquiler, unas 34.000 están en construcción.
“Hay incentivos fiscales para que los urbanizadores incluyan vivienda asequible en sus proyectos, pero debemos tener mucho cuidado en la manera que procuremos la construcción del sector privado”, subrayó, para evitar que inversores se marchen, como ocurrió en otras regiones del país.