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MIAMI.- Desde que se estableció la dictadura de Fidel Castro en Cuba, los habitantes de la isla han sido depositarios de una cultura de radio extranjera, y también de televisión, aunque en menor escala, como única alternativa para estar “conectados” y conocer un mundo diferente al que el régimen castrista presenta a un pueblo obligado a conocer solo la “verdad oficial”.
Por esa razón, el 15 de agosto del año 2005 nació Radio República (RR), una emisora que transmite desde Miami por los 9.490 kHz de la onda corta, de lunes a viernes entre las 9 y las 11 p.m., y sábados y domingos desde las 9 p.m. hasta la medianoche. También se puede acceder a la programación de la estación radial a través del sitio web radiorepublica.us.
Este medio de comunicación, que se mantiene con donativos de organizaciones sin fines de lucro, artistas y negocios, es dirigido por el Directorio Democrático Cubano, cuyo secretario nacional es Orlando Gutiérrez-Boronat, un incansable luchador por la libertad de su natal Cuba.
Su meta es llevar la emisora a una programación lo más cercana a las 24 horas. Hace unos años –relata Gutiérrez-Boronat– estuvieron a punto de lograrlo, pero el sostenimiento de una estación supone una gran inversión económica. En ese momento, RR también transmitía por la banda de amplitud modulada (AM).
Sin embargo, con dos o tres horas de programación diaria por onda corta la estación radial viene cumpliendo una encomiable función social de respaldo a la resistencia dentro de Cuba, convirtiéndose –en palabras del líder opositor– en otro instrumento de lucha por el restablecimiento de los derechos humanos en la isla. “Esta es una emisora de bajo presupuesto, pero de mucho alcance”.
El régimen ha intentado interferir la señal en varias oportunidades. Durante la última década, en el marco del acercamiento entre Estados Unidos y Cuba, la dictadura castrista planteó al Gobierno estadounidense clausurarla con la finalidad de asestarle un "duro golpe" a la oposición. “Por fortuna, al ser de carácter privado, la emisora sigue lanzando su señal al mundo”, afirma.
Pero los intentos por eliminar esa señal del espectro radial han llegado más allá. Algunas transmisiones realizadas por RR, desde otros países hacia Cuba han estado a punto de ser suspendidas como respuesta a la presión ejercida por el Gobierno castrista.
“Es un milagro”
Jorge Trilla, productor de RR, opina que la emisora sale al aire gracias al esfuerzo de un equipo humano que ha asumido su trabajo con responsabilidad. “Otra estación que solo se mantenga con donaciones, ya se hubiera acabado. Radio República es un milagro para los cubanos”.
Su éxito se basa –según Trilla– en que aborda los problemas que atañen “al cubano de a pie”. El contenido de la emisora versa sobre la problemática social, económica y política de Cuba, y la creciente sintonía se mide por las respuestas que obtienen de los “clubes de oyentes”, conformados a lo largo y ancho de la isla. “Nos hablan de sus intereses, de sus deseos; algunos nos critican, otros nos hacen sugerencias”.
La mayor parte de la programación de RR se realiza en Miami, pero algunos espacios se originan desde Cuba, a través del teléfono. “Tenemos unos buenos equipos. Ya la tecnología nos permite hacer cosas que antes eran imposibles”, subraya.
Una forma de acercar más a los oyentes son los concursos en los que la participación de la comunidad ha sido determinante. El más reciente fue titulado “Mensaje a nuestro hermano militar”, que tuvo como propósito conocer, de viva voz de los oyentes, lo que le dirían a un miembro de las fuerzas militares cubanas.
Otra manera de cautivar a la audiencia es a través de radionovelas de producción propia. Las historias y los guiones son de la autoría de Trilla, cuya principal motivación –dice– es mostrar la realidad de Cuba, aunque en la trama estén hablando de un país imaginario. “El oyente identifica a Cuba sin que se lo digamos”.
Contacto directo
Una de las tareas de mayor dedicación dentro de RR consiste en acopiar el material de audio que se genera en la isla, en el que destacan denuncias, mensajes de los “clubes de oyentes”, entrevistas a opositores y cualquier otra expresión –incluso canciones o poesías– que pueda robustecer la programación de la radiodifusora.
Esas funciones están a cargo de la activista por los derechos humanos Bertha Antúnez, quien define su misión en RR como la “persona que conoce de primera mano todo lo que va después para los diferentes programas”. Además, hace llamadas y graba entrevistas y programas en una computadora adaptada para esos fines.
Sus labores diarias le permiten percibir que los oyentes están “viviendo” lo que se informa en RR “porque lo comentan y también lo debaten entre ellos mismos. Algunas veces también pasamos información sobre casos que no resuelve la Policía, en los que no había una ambulancia para transportar a un paciente o problemas en hospitales”.
Antúnez tiene una sección nombrada Conozca a nuestros presos políticos, que se emite semanalmente, en el que se dan a conocer detalles de la vida de opositores que están en prisión. “Es una forma de ponerlos en la palestra, porque algunas personas caen presas en Cuba, pero no son de los nombres más conocidos y aquí todos tienen una ventana para mostrarlos”, asegura.
Programas variados
La estación radial, que está cumpliendo 12 años de servicios a la comunidad cubana dentro de la isla, cuenta con un noticiero de media hora diaria, que dirige Jorge Estorino, quien no vacila al afirmar que “lo primero que hace toda dictadura es controlar la información, y eso es lo que ha hecho el castrismo”.
Cree que “un pueblo bien informado es un pueblo que se libera”, por eso dentro del esquema del noticiero tiene una sección llamada Voces de Cuba. “Aquí tienen un espacio opositores, promotores de los derechos humanos, que nos transmiten noticias que están ocurriendo en su entorno. Muchas veces lo que pasa en Matanzas, no lo sabe el que vive en Camagüey, porque hay censura”.
Estorino también presenta el programa Casa cubana, en el que incluye entrevistas a distintos personajes cubanos y de otros lugares del mundo, y en donde también se trata la problemática actual de Venezuela, y de otros países comunistas, para que los oyentes conozcan una perspectiva diferente a la “oficialista” que se difunde en la isla.
Otro de los espacios es A la luz de la verdad, bajo la dirección de Luis Zúñiga, que se enfoca en la defensa de los derechos humanos “a la luz de los instrumentos internacionales”. Todo lo que se aborda en el programa tiene un sustento en documentos, fotografías o videos, o a través de cualquier otra prueba, asevera su realizador.
Entretanto, La Cuba que perdura les lleva a los receptores “la historia y los verdaderos héroes” que la dictadura castrista se ha encargado de desdibujar. El programa es auspiciado por la Fundación Félix Varela y es presentado por Germán Miret y Pedro Guerra.
El balance en la programación corre por cuenta de María Antonieta Lima, con su espacio Sencillamente mujer, que sale al aire tres veces a la semana y tiene como misión principal “empoderar” a la mujer.
El arte de la resistencia, un espacio dirigido por Silvia Gutiérrez-Boronat, ofrece la posibilidad de conocer artistas y canciones que marcan distancia con la dictadura.