MIAMI.- Acorde al reporte emitido por la autoridad federal que atiende la pandemia de coronavirus desde la Casa Blanca, el estado de Florida “debe restablecer un plan de prevención (de contagios), aún más intenso en los condados que denotan un aumento mayor de casos y hospitalizaciones”, como Miami-Dade, pero se desconoce porqué la autoridad estatal no lo implementa.
El informe, que fue entregado al gobernador RonDeSantis el pasado 8 de noviembre pero hecho público estos días, destacaba entonces que se debe continuar “el uso de mascarillas en lugares públicos, la práctica de la distancia física y eliminar reuniones sociales fuera del hogar …”, entre otras, pero Florida no solo no cuenta con una campaña que exhorte a seguir estas reglas, sino que prohíbe a los gobiernos municipales a implementar reglas que penalice a quienes incumplan.
Florida suma 94.713 contagios y 3.261 decesos más en solo cinco semanas, además de 50% de incremento de hospitalizaciones, lo que resulta en 1,168.483 contagios y 20.594 pérdidas humanas desde que comenzó la pandemia en marzo.
De hecho, el White House Coronavirus Task Force (WHCTF), que es presidido por el vicepresidente Mike Pence, envía un informe similar al gobernador Ron DeSantis cada siete días, y que por razones que también se desconocen demora semanas en ser compartido con la prensa.
Por otra parte, varios alcaldes del sur de Florida, incluyendo el Condado Miami-Dade, han tratado de exhortar al gobernador a relajar la orden ejecutiva que prohíbe la penalización, pero, según el propio alcalde de Miami, Francis Suárez, no han recibido respuesta.
“He tratado de comunicarme con el gobernador. No he logrado comunicarme con él, ni directa ni indirectamente. Mi mensaje para él sería el que siempre ha sido: ‘Necesitamos tener el mayor control local posible’. Puedo mostrarle gráficamente que, cuando teníamos la orden de mascarillas en público, logramos una disminución de casos del 90%", argumento Suárez.
DIARIO LAS AMÉRICAS contactó la oficina del gobernador para obtener su punto de vista al respecto, pero no obtuvo información al cierre de este reportaje.
No obstante, hace un par de semanas el gobernador reiteró “no penalizar” a quienes no se cubran nariz y boca, y menos aún dictar reglas que afecten el funcionamiento de la economía.
Entretanto, Florida continúa vacunando contra el COVID-19 a personal sanitarios y personas de la tercera edad.
Se espera que paulatinamente el resto de la población sea atendida a partir de febrero o marzo, según aumente la disponibilidad de la vacuna.
“Hay que tener claro que la vacuna evita el desarrollo del virus, pero no necesariamente el contagio”, señaló el doctor Hugo Lara, médico especialista en enfermedades infecciosas.
En otras palabras, la vacuna impediría que el virus haga daño, pero no impide que entre a su cuerpo y lo transmita a otra persona que tal vez no esté vacuna y sí le haría daño.