MIAMI.- Si hay algún ejemplo de la debacle económica que cinco décadas de socialismo han provocado en Cuba, posiblemente la falta de café, esa bebida tan arraigada en la cultura latinoamericana, sea uno de los mejores ejemplos.
MIAMI.- Si hay algún ejemplo de la debacle económica que cinco décadas de socialismo han provocado en Cuba, posiblemente la falta de café, esa bebida tan arraigada en la cultura latinoamericana, sea uno de los mejores ejemplos.
Sumada a la crisis de la salud pública, la destrucción de la industria azucarera, la escasez de la vivienda, el lamentable estado arquitectónico de casi todas las ciudades y, sobre todo, la magra lista de alimentos con que se ven obligados a sobrevivir los cubanos, la incapacidad del régimen de Fidel y Raúl Castro de proveer la tan necesaria taza de café en la mañana a los cubanos, demuestra su total incapacidad para satisfacer las necesidades más básicas de los ciudadanos.
Por que al final, sólo se trata de una taza de café y antes de la llegada al poder de los Castro, hace más 55 años, la isla se ubicaba entre los principales productores del grano. Cuba, de hecho, llegó a producir hasta 62.000 toneladas de café del tipo arábigo, de gran calidad, que tenía muy buena demanda en otros países.
Sin embargo, según cifras oficiales, hoy la isla se ve obligada a importar considerables cantidades de café y en la cosecha 2013-2014, el archipiélago apenas produjo 6.105 toneladas que, aunque significaron el 98% de lo programado por las autoridades, no cubre la demanda interna anual, calculada en 24.000 toneladas.
Los pronósticos para la venidera cosecha son desalentadores. La producción total podría caer por debajo de las 6.100 toneladas conseguidas la temporada anterior, a pesar de los tan cacareados "esfuerzos" del Gobierno por insuflar aire a la otrora exitosa industria y las "reformas" del general devenido gobernante que ahora trata de tapar, a duras penas, los huecos de una nave que a todas luces hace agua... pero no café.
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