Se cumplen 70 años de la ratificación de la carta fundadora de las Naciones Unidas. A lo largo de siete décadas, la organización ha logrado numerosos éxitos a través de sus agencias, pero los expertos e incluso sus trabajadores reconocen que ha fracaso en el cumplimiento de su principal mandato: la protección de la paz y la seguridad internacionales.
Firmada el 26 de junio de 1945 en San Francisco, California, la Carta de la ONU se disponía así a "salvar a las generaciones posteriores del azote de la guerra".
Siete décadas después persisten los conflictos
Sin embargo, 70 años después de aquella histórica firma, las crisis y conflictos que persisten en todo el mundo, los más recientes los de Siria y Ucrania, son un solemne recordatorio de los errores del organismo, en gran parte debido al bloqueo político que se produce entre los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, que cuentan con poder de veto.
El conflicto israelo-palestino, que ha estado en la agenda de la ONU desde su creación, ejemplifica bien esa parálisis. (CORTESÍA)
"Creo que la raíz de los problemas es el uso de veto o la amenaza de veto en el Consejo de Seguridad", reconocía el mismo vicesecretario general de la ONU Jan Eliasson en una reciente entrevista con DPA. "Creo que el hecho de que el Consejo de Seguridad de la ONU no haya sido capaz de producir una fórmula para Siria ya ha dañado al Consejo de Seguridad y las mismas Naciones Unidas".
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Paul Kennedy, profesor de Historia especializado en relaciones internacionales en la Universidad de Yale está de acuerdo con Eliasson, al señalar que la ONU ha cumplido sus ideales fundadores de forma "muy pobre".
"Los Gobiernos nacionales y los intereses nacionales son la principal razón de por qué la ONU ha tenido una efectividad tan limitada", afirma Kennedy.
Una de las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio incluye desde reducir la pobreza extrema y la desnutrición hasta frenar la propagación del SIDA. (CORTESÍA)
Las grandes potencias se niegan a actuar
El veto fue creado para ser utilizado como una herramienta muy selectiva por las cinco potencias -Estados Unidos, Rusia, China, Reino Unido y Francia- cuando vieran amenazados sus intereses nacionales vitales, pero se convirtió en una herramienta política que con frecuencia impide actual al consejo.
"Los desastres ocurren porque los grandes hombres de los grandes gobiernos no ven la necesidad de actuar o se oponen a hacerlo", apunta Kennedy. "Las medidas de seguridad de la organización mundial han fracasado precisamente porque las grandes potencias se niegan a actuar. ¿Así que, quién fracasó? Fueron los gobiernos de las grandes potencias los que fracasaron", asegura.
Otra de las metas de los Objetivos de Desarrollo del Milenio incluye mejora de la educación y la salud. (CORTESÍA)
Mientas que el veto no se menciona explícitamente en la Carta de la ONU, el documento llama al acuerdo entre los miembros permanentes del consejo, lo que supuso una innovación respecto a la Sociedad de Naciones, la predecesora de la ONU, que fue disuelta porque las grandes potencias no la apoyaron.
"La Carta de la ONU es una combinación de idealismo y realismo", señala Alan Henrikson, profesor de historia diplomática y director de Estudios Diplomáticos en la prestigiosa Escuela de Derecho y Diplomacia Fletcher de la universidad de Tufts. "El gran cambio (...) fue reconocer que el consenso de las grandes potencias eran indispensable".
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El veto estaba pensado para motivar a las grandes potencias a utilizar la ONU como plataforma de diálogo e instrumento para frenar conflictos, pero su repetido uso en casos en que no estaban en juego intereses vitales de los miembros permanentes ha provocado con frecuencia la incapacidad del consejo.
El conflicto israelo-palestino, que ha estado en la agenda de la ONU desde su creación, ejemplifica bien esa parálisis. El Estado de Israel fue creado en 1947 bajo la resolución 181 de la Asamblea General de la ONU, que también llamaba a la creación de un Estado palestino. Sin embargo, éste último nunca se ha materializado principalmente debido al veto de Estados Unidos, aliado de Israel.
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Riyad Mansour, el embajador palestino en la ONU reconoce que fue algo único que la ONU asumiera la responsabilidad de la cuestión palestina, que recayó en sus manos al finalizar en 1948 el mandato británico de la Sociedad de Naciones que formalizaba el control de Reino Unido en la región.
"Uno de los mayores errores de la ONU es que asumió la resolución de una situación que existía en Palestina en vísperas de la culminación del mandato británico y 70 años después ha sido incapaz de hacerlo", señala Mansour. En su opinión, la ONU debería haber rechazado la petición de Reino Unido de resolver la cuestión y debería haber pedido a Londres que concediera la independencia a los palestinos, al igual que ocurrió con la mayoría de territorios que se independizaron del yugo colonial.
Genocidio en Ruanda
Otro de los considerados grandes errores del consejo fue el genocidio en Ruanda de 1994. Incluso aunque una fuerza de observadores de la ONU estaba sobre el terreno, las tropas no recibieron el respaldo necesario del consejo para frenar la masacre de un número estimado de 800.000 tutsis y hutus moderados. "Si hubieran entrado 400 hombres franceses fuertemente armados se habría parado", cree Kennedy.
Pero mientras la ONU no ha cumplido su misión de mantener la paz y la seguridad, las agencias de la ONU independientes del Consejo sí han dado grandes pasos en cuestiones de desarrollo global, ayuda y creación de directrices internacionales.
Los objetivos del milenio
Los conocidos como Objetivos del Milenio adoptados en 2000 llamaban a los Gobiernos a cumplir metas de desarrollo antes de 2015. También han sido formulados objetivos similares para los próximos 15 años.
Esas directrices internacionales incluyen también estándares mundiales en áreas como la aviación, la sanidad, cuestiones de refugiados o energía nuclear. La ONU desempeña también un papel clave en la coordinación de esfuerzos destinados a lograr un acuerdo para mitigar el cambio climático. "Varias agencias se merecen una palmadita en la espalda", reconoce Kennedy.
