El centro nacional de crisis de Bélgica (OCAM) rebajó este jueves la máxima alerta terrorista vigente en Bruselas en los seis últimos días al nivel 3, el segundo más alto, aunque advirtió que aún permanece la amenaza.
De ese modo, las autoridades consideran que el nivel de riesgo de que se cometa un atentado es "posible y probable", pero no "una amenaza grave e inminente".
El primer ministro belga, Charles Michel, dijo que no podía informar a qué se debía el cambio en la alerta.
"Esta es una buena noticia para la vida social y la movilidad en Bruselas, pero esto no ha terminado, es sólo el comienzo", señaló Rudi Vervoort, que lidera el Gobierno regional de Bruselas.
La alerta máxima había sido declarada el sábado pasado en la capital belga, después de que las autoridades temieran que se produjera un ataque como el que dejó 130 muertos en París el 13 de noviembre.
El OCAM recomendó que se reduzca gradualmente la presencia policial y militar en la ciudad, que se había incrementado tras los atentados en la capital francesa.
El metro, que reanudó parcialmente su funcionamiento el miércoles, volverá a andar normalmente a partir del viernes por la mañana.
Según la agencia belga, los eventos masivos serán evaluados individualmente y serán cancelados, pospuestos o se llevarán a cabo pero con mayores medidas de seguridad.
Bélgica pasó a un primer plano tras la serie de ataques en París por los estrechos lazos de los agresores con Bruselas. De hecho, el presunto "cerebro" de los ataques, Abdelhamid Abaaoud, era belga de raíces marroquíes y vivió en el barrio bruselense de Molenbeek.
Hasta ahora se detuvo a cinco sospechosos en Bélgica, que emitió una orden de arresto internacional por una sexta persona. Aún se busca a Salah Abdeslam, hermano de uno de los atacantes suicidas de París, que solía vivir en Bruselas.
La policía realizó este jueves tres redadas en la ciudad de Verviers, en el este del país, y en la localidad de Auvelais, al sureste de Bruselas, sin que se registraran detenciones.
Hubo además una falsa alarma en la Gran Mezquita de Bruselas, después de que se encontraran varios sobres con un polvo blanco desconocido.
Expertos en explosivos acudieron al lugar, donde se tomaron medidas anti-antrax y 11 personas fueron sometidas a procedimientos de descontaminación.
Después de que se realizaran análisis de laboratorio, la policía indicó que la sustancia parecía ser harina.
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