Terminó la pesadilla para la mayoría de los pasajeros del crucero Diamond Princess, atracado en cuarentena en Japón por el nuevo coronavirus. Se espera que el último viajero abandone el barco este fin de semana. Sin embargo, más de 1.000 miembros de la tripulación deberán seguir en aislamiento por otros 14 días.
Mientras los turistas estaban confinados en sus camarotes casi las 24 horas del día, la mayoría del personal de a bordo no se vio sometido a las mismas restricciones. Tenían que preparar y llevar comidas a las cabinas, traer toallas, entregar periódicos.
El hecho de que estas tareas fueran realizadas por la tripulación suscitó fuertes críticas, ya que algunos consideran que podrían haberse convertido en agentes de propagación del virus.
En general, los empleados se abstuvieron de hablar con los medios de comunicación por miedo a perder su empleo, pero algunos rompieron el silencio asegurando estar angustiados por la probabilidad de haberse contagiado.
La empresa les expresó su agradecimiento e informó que todos los miembros de la tripulación gozarán de dos meses de vacaciones pagadas.
De las 3.711 personas que se encontraban inicialmente en el buque, más de 630 contrajeron el nuevo coronavirus que apareció por primera vez en diciembre en China.
La polémica aumentó el viernes luego de que dos pasajeros australianos que habían dado negativo en los análisis hechos por las autoridades japonesas, fueron declarados como contagiados a su regreso a Australia. La información despertó interrogantes sobre los procedimientos que se llevaron a cabo en Japón.
El balance de muertos por el nuevo coronavirus en China ya asciende a más de 2.200, mientras que varios países siguen evacuando a sus ciudadanos.
FUENTE: Con información de AFP
