sábado 15  de  noviembre 2025
SOCIEDAD

El Papa y la desigualdad

Un análisis de cómo los cubanos ven al Papa Francisco y sus cuestionamientos al "libre mercado", al consumismo y a la especulación financiera

Los cubanos parecemos haber perdido el don de la elocuencia, por lo menos los que habitamos este patio Miamero. Y no solo por aquello de llamar u201ccomunista u201d a todo aquel cuyas ideas difieren de las nuestras, sino por nuestra cada vez mas marcada incapacidad para conmover a tantos u201ccomunistas u201d en nuestro derredor.
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El drama de nuestra insuficiencia crónica en materia de persuasión nos lleva a sustituir el calificativo de u201ccomunista u201d por algunos presuntamente mas potables ( u201cpopulistas u201d, u201csocialistas del siglo XXI u201d, etc.) pero que, a la hora de la verdad, no nos hacen ver como mas convincentes a los ojos de casi nadie u2013salvo de aquellos que padecen males parecidos a los nuestros.
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Pero quienes padecen males parecidos a los nuestros se parecen al proverbial u2018coro de la iglesia u2019, cuyos miembros no siempre necesitan de la prédica, elocuente o no, del pastor. Eso nos sitúa en un recurrente diálogo (que es casi un monólogo) con quienes ven al mundo de la misma manera que nosotros, sin aventurarnos más allá de ese círculo (para nosotros virtuoso) con consecuencias claramente viciosas para nuestra u201ccausa u201d. n nDe ahí que prácticamente todas las naciones de la ONU le den la espalda a dicha u201ccausa u201d, que la iglesia cuya fe profesamos se avenga a dialogar y negociar con nuestro némesis, y que hasta algunos de nuestros pocos u201caliados u201d (el más reciente el presidente de Colombia) tomen una posición abiertamente adversa a la nuestra. Vemos, en consecuencia, un mundo cada vez mas lleno de u201cenemigos u201d, todos ellos u201ccomunistas u201d u2026
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Pero el colmo de nuestra falta de elocuencia llega con la decisión de alguna de nuestras mejores plumas y mentes que han optado por ver uno mas de tantos enemigos nada menos que en quien es, probablemente, el Papa más popular de la historia (ayudado, es cierto, por esta era del u201csocial media u201d), a quien algunos llaman u201cpopulista u201d (cuando no lisa y llanamente u2018comunista u2019). Y lo vemos así porque nos sorprende que Francisco tenga el tupé de cuestionar algunos de los muchos excesos del u201cmercado u201d, critique al consumismo, a la especulación financiera y a una inequidad cada vez mas rampante, en nuestra sociedad y en muchísimas otras.
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Lo que dice el Papa no hace sino reflejar una frase citada por la periodista Peggy Noonan en una columna de nuestro principal periódico financiero, atribuida a un exitoso hombre de negocios -un"billonario" con grandes cantidades invertidas en Wall Street:"Detesto cada subida del mercado de valores, porque sé que cada alza nos acerca un poco más a las guillotinas".
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Este caballero -que a algunos les puede parecer andaluz, pero que no lo es- se confiesa aterrado por la enorme y creciente distancia que separa entre nosotros a quienes, como él, están en la cima del poderío económico, y quienes no han comenzado a escalarla porque, sencillamente, no pueden.

Este hombre ve a esa distancia en el nivel de ingresos que separa a ambos polos de nuestra sociedad como extrema, dramática y estática. n nY es que quienes no reconocen la existencia de un"bien común" que pueda servir de parámetro para, de alguna manera, moderar (si no condicionar) los excesos que llevan a ese distanciamiento entre los muy poquitos y los muchos en nuestra sociedad, no pueden sino estar aterrados por las enseñanzas (tanto por sus escritos como por sus acciones, que son aun mas relevantes) de u2028Francisco.
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Y el embate de este ciclón vestido de blanco no va a cejar, sino a arreciar con el tiempo. El Ciclón le dicen también al equipo de fútbol del que es simpatizante este Papa, San Lorenzo de Almagro, equipo que acaba de coronarse campeón en el torneo argentino.
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Cualquiera que haya visto jugar a San Lorenzo entenderá que estamos ante un Papa que hace milagros en vida. Pero el rechazo a la encíclica de Francisco no pasa por una cuestión de fe, sino por la fe desmedida al de quienes creen que es posible encontrar la respuesta a todos los problemas que aquejan al mundo de hoy en las novelitas de Ayn Rand y en las ocurrencias de Ronnie Reagan y Maggie Thatcher. n nQuienes llaman populista al Papa consideran a la obra, los dichos y milagros de esa particular trinidad como si fueran la base de toda una serie de dogmas incuestionables (para ellos la infalible es la Sra. Rand, a pesar de sus múltiples pecados carnales, aunque nunca capitales...).

Y por eso no pueden sino escribir lo que escriben, porque se perderían el cielo neo-liberal si no lo hicieran... n nPero no entienden que las posiciones ultra-ideológicas son cada vez mas insostenibles en el mundo de hoy, y que no hay forma de"vendérselas" a las"víctimas del populismo", por muy bien que uno escriba... Quien si lo entiende es, por ejemplo, la Sra. Bachelet, y de ahí su éxito.

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