KIEV — Europa presionó el lunes para afinar y ampliar su respuesta a la invasión rusa de Ucrania, con Suecia uniéndose a Finlandia en la búsqueda de integrarse a la OTAN y la Unión Europea trabajando para prohibir las exportaciones de petróleo ruso que ayudan a financiar la guerra.
Sobre el terreno, Rusia sufrió más reveses en su ofensiva en el este ucraniano, donde los defensores luchan desesperadamente contra los intentos de avance e incluso consiguieron hacer retroceder las líneas del frente en algunas zonas.
En los últimos días, las fuerzas de Moscú se retiraron de los alrededores de la ciudad nororiental de Járkiv después de semanas de cañoneos.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, agradeció el lunes a sus tropas, luego de que avanzaron hasta la frontera rusa en la región de Járkiv.
“Estoy muy agradecido con ustedes, en nombre de todos los ucranianos, en mi nombre y en el de mi familia”, declaró en un mensaje de video. “Estoy muy agradecido con todos los luchadores como ustedes”.
Los guardias fronterizos ucranianos dijeron que frustraron un intento ruso de enviar tropas de sabotaje y reconocimiento a la región de Sumy, a unos 146 kilómetros (90 millas) al noroeste de Járkiv.
Entretanto, surgió cierta esperanza para los soldados ucranianos heridos y atrapados entre los restos bombardeados de una gigante planta siderúrgica, el último bastión de la resistencia en la ciudad portuaria de Mariúpol.
El Ministerio de Defensa ruso anunció un acuerdo para que los heridos salgan de la acería para que reciban tratamiento en una ciudad en poder de los separatistas que apoyan a Moscú.
No hubo confirmación inmediata del lado ucraniano, y tampoco hubo información sobre si los heridos serán considerados prisioneros de guerra. No estuvo claro cuántos combatientes podrían ser evacuados.
Mientras los combates se recrudecían, los esfuerzos internacionales para responder a la agresión rusa seguían acelerándose.
Suecia anunció su intención de solicitar el ingreso en la OTAN, tras una decisión similar de su vecina Finlandia. Son acontecimientos sísmicos para los países nórdicos que durante generaciones se han posicionado como militarmente “no alineados”.
El presidente ruso, Vladimir Putin, quien ordenó la invasión el 24 de febrero en lo que dijo que era un intento por controlar la expansión de la OTAN, pero que ahora está viendo que esa estrategia fue un disparo por la culata, advirtió que una acumulación militar en territorio finlandés y sueco “por supuesto dará lugar a nuestra reacción en respuesta.”
El secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, ha dicho que el proceso de adhesión tanto de Finlandia como de Suecia podría ser muy rápido, aunque Turquía, miembro de la organización, ha expresado algunas dudas al respecto.
La primera ministra sueca, Magdalena Andersson, afirmó el lunes que unirse a la alianza militar de 30 miembros era la mejor defensa de su país frente al comportamiento de Rusia.
“Desafortunadamente, no tenemos ninguna razón para creer que la tendencia (de las acciones de Rusia) se invertirá en un futuro previsible”, apuntó.
FUENTE: Con información de AP