Casi 30 pulgadas de lluvia cayeron en solamente ocho horas. Suficientes precipitaciones para convertir calles en ríos, arrastrar miles de vehículos y transformar estacionamientos subterráneos en ‘cuevas de muerte’.
Cómo y cuándo el Gobierno nacional, encabezado por Pedro Sánchez, respondió al llamado de emergencia es tema central de discusiones.
Por otra parte, los gobiernos regionales, con menos medios, también demoraron en pedir recursos a quien los tiene y eso es otro tema de discordia.
“Que una inmensa tormenta atraviese pueblos y ciudades y ocasione muertes y grandes pérdidas materiales lo entendemos, pero que el gobierno o los gobiernos tarden 48, 72 y más horas en buscar desaparecidos, socorrer a víctimas y limpiar calles no lo entendemos”, declaró a DIARIO LAS AMÉRICAS el profesor emérito de Derecho de la Universidad de Lleida, en Cataluña, España, Ferran Espaser.
Mensajes y llamadas telefónicas a Sánchez, que se encontraba en el exterior, y ministros, cobertura inalámbrica fuera de servicio y la irremediable burocracia que golpea a gobiernos sirvieron para crear una tormenta perfecta en torno al desastre natural de la lluvia.
Mientras tanto, más de 200 desaparecidos y miles de damnificados aguardaban por socorro.
“El Ejército, que usualmente se ocupa de las faenas de búsqueda de desaparecidos, limpieza y repartición de alimentos, demoró 48 y 72 horas en llegar a cuentagotas”, afirmó el catedrático.
Ante la carencia de ayudas, miles de vecinos, ciudadanos comunes de la ciudad de Valencia y otras comarcas, se desplazaron a las zonas más afectadas, inclusive andando largos kilómetros cuando carreteras estuvieron cortadas por derrumbes y barro.
¿Dimisiones?
Hoy, en medio del luto y los efectos de la tormenta, no son pocos los que piden la dimisión de unos y otros.
La indignación y el coraje tomaron las calles de la ciudad de Valencia. Decenas de miles de personas protestaron frente a la sede del gobierno regional para pedir la dimisión de Carlos Mazón, presidente de la Comunidad Valenciana.
Horas antes, medios locales informaron que, el día de la tormenta, Mazón estaba en un almuerzo con una periodista y que demoró en atender la situación. Por esta razón, no llegó a la reunión de emergencia hasta seis horas después, cuando las lluvias ya habían afectado enormemente la zona.
Mientras recorrían las calles de Valencia, los manifestantes coreaban "estamos manchados de barro, ustedes están manchados de sangre".
A las puertas de la sede del gobierno regional, muchos arrojaron barro, prendas de vestir sucias e inclusive sillas y pequeños artefactos incendiarios.
La Policía respondió con marcada cautela para evitar un encontronazo mayor.
En la protesta, convocada por unas 40 asociaciones, también se cuestionó la gestión de Pedro Sánchez.
En Alicante, Elche y Madrid también hubo protestas populares.
Ninguno, ni Mazón ni Sánchez ni los ministros involucrados en el triste capítulo piensan dimitir, y el Partido Popular (PP), encabezado por Alberto Núñez Feijóo, señala a los supuestos culpables uno por uno.
A Mazón, que forma parte del PP, Núñez Feijóo no lo culpa directamente, al menos en público, pero a María Jesús Montero, vicepresidenta primera del Gobierno de España, que presidió la reunión de emergencia mientras Sánchez se encontraba en el exterior, la avalancha de críticas cae sobre ella.
También Teresa Ribera, vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, que tuvo a su cargo el despliegue de ayudas, está ahora en el centro de la tormenta política.
El Gobierno de Sánchez propone a Ribera para formar parte del Consejo de la Unión Europea, que es el órgano regional que gobierna el Viejo Continente; pero el PP, que cuenta con suficientes votos y apoyos en el Parlamento Europeo, se opone a la confirmación ante un posible proceso judicial que la ministra podría encarar por el mal manejo de las ayudas.
Entretanto, la Unión Europea pospone la selección porque, según palabras de sus ministros, “la situación es grave” y no quieren agilizar un proceso de selección cuando hay acusaciones.
Feijóo urge a Sánchez que retire la candidatura de Ribera para la Comisión Europea y proponga a “otra persona que concite el apoyo de la sociedad española”.
“Son muchas las cosas que suceden en torno a Sánchez”, recordó el catedrático Ferran Espaser.
“Sus concesiones a separatistas para poder gobernar, beneficios económicos a Cataluña para mantener el apoyo de los independentistas y perdonar años de cárcel a terroristas de ETA para complacer al partido nacionalista vasco y tener sus votos”, trajo a la memoria.
Y si esto fuese poco, que no lo es, “su esposa (Begoña Gómez) es investigada y procesada por un complejo caso de tráfico de influencias”.
Feijóo conoce todo esto y desde la oposición denuncia y presiona a Sánchez, tal como este hizo durante su papel de opositor al Gobierno de Mariano Rajoy hasta que logró removerlo de la presidencia por medio de una moción de censura en 2018 y el apoyo de la izquierda española.
Málaga
En la provincia de Málaga, otra tormenta de lluvia hizo de las suyas el miércoles 13. Pueblos y más, incluyendo la capital malagueña, vio calles hechas ríos y el barro correr por doquier.
A diferencia de lo que ocurrió en Valencia, en Málaga hubo tiempo y disposición para alertar a la población.
Unas 4.500 personas fueron evacuadas de sus viviendas. Empresas públicas y privadas pidieron a sus empleados no acudir a trabajar. La lección, aparentemente, fue aprendida.
Tras el paso de la tormenta por la parte mediterránea de la región, donde también dejó incidencias en Granada, principalmente en la zona de la costa, la lluvia continuó su ruta por Cádiz, Huelva y Sevilla, donde vigilaron la crecida del cauce de ríos y arroyos y declararon alerta y, como medida de prevención adicional, suspendieron las clases en colegios, institutos y universidades.