PARÍS.- Francia, España, Alemania e Italia, junto a la alta representante de la Unión Europea (UE) para Asuntos Exteriores, Federica Mogherini, presentaron este lunes en París un plan urgente para gestionar el flujo migratorio, de la mano de Libia, Níger y Chad, los principales países de origen y tránsito.
El plan aboga por preservar la seguridad y estabilidad en esas naciones africanas, que derive en una reducción de quienes se aventuran a cruzar el Mediterráneo y en un retorno organizado de aquellos que no pueden acogerse al estatuto de asilo.
Es una respuesta que se pretende inmediata y eficaz, dijo el presidente francés, Emmanuel Macron, a una situación "intolerable", que afecta a todos y requiere una acción común y concreta, con el foco puesto en políticas de desarrollo más a largo plazo.
Los firmantes coincidieron en que hay que mejorar la cooperación en la lucha contra las redes de traficantes de personas, la vigilancia de los medios financieros que estas usan, el control de sus fronteras y los programas jurídicos y penales que contribuyan a ese combate.
Mogherini reconoció que el principal problema es la pobreza, pero se mostró contraria a lanzar "un nuevo plan Marshall", porque la Unión Europea y sus países miembros ya invierten anualmente 20.000 millones de euros en el continente.
A nivel práctico, se apostó entonces por iniciar en Níger y Chad el proceso de identificación de quienes tienen el derecho al asilo, bajo la supervisión de la Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR), en zonas consideradas seguras y con las listas que esta haya efectuado.
El primer ministro italiano, Paolo Gentiloni, precisó que se pretende sustituir "un modelo irregular e ilegal por otro legal y regular", que aunque "llevará su tiempo", ya tiene la estrategia marcada.
Mogherini y Alemania, España, Francia e Italia, según el comunicado, acordaron además el envío de una "misión conjunta" a Níger y Chad para examinar su aplicación, e identificar "otros tipos de cooperación práctica" que les permitan superar "el desafío de la migración irregular".
Los firmantes reconocieron que ninguna solución es sostenible sin una estabilización en Libia que ponga fin a la crisis política en ese país, inmersa en una pugna por el poder desde la caída de Muamar el Gadafi en 2011.
Libia es el país del que proceden la mayoría de los inmigrantes que llegan a las costas italianas. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en sus últimas cifras, indica que este año han entrado a Europa por el Mediterráneo más de 119.000 inmigrantes, el 83 % a través de Italia.
Gentiloni advirtió de que aunque en las últimas semanas se ha empezado a ver un descenso, no es más que un primer paso dentro de un esfuerzo que debe ser europeo y no recaer en un solo país.
Macron propuso a finales de julio la creación de centros de registro e identificación de migrantes ("hotspot") en Libia si las condiciones de seguridad lo permitían, pero esa idea fue descartada posteriormente y ahora se busca atajar el problema ante todo en Níger y Chad, antes de la llegada de los inmigrantes a ese país.
La canciller alemana, Angela Merkel, apuntó que se toma como modelo la estrategia de "reinstalación" llevada a cabo en el Líbano, Turquía y Jordania.
"La migración irregular organizada por los traficantes apela a una reacción firme", se insiste en la declaración final, que admite igualmente que el salvamento en alta mar se mantiene como prioritario.
En su intervención ante la prensa, el presidente del Consejo Presidencial de Libia, Fayez al-Sarraj, fue más lejos en su alerta: "Esperamos que esta plaga y este gran número de inmigrantes ilegales no se convierta en una bomba de relojería que nos explote en las manos".
Un grupo operativo ("task force") se encargará de supervisar la aplicación de lo acordado, y España organizará antes de la cumbre UE-África de finales de noviembre en Abiyán (Costa de Marfil) una reunión de líderes de Europa y el continente africano como la celebrada hoy para analizar su eficacia.
"Es una cuestión que no se resolverá con una varita mágica", dijo el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, que dejó claro que el objetivo final es acabar con las muertes y con las mafias, apoyar el desarrollo de esos países, y trabajar por el control de fronteras.
FUENTE: EFE