Hay una frase apocalíptica del científico Albert Einstein: “No sé con qué armas se luchará en la tercera Guerra Mundial, pero sí sé con cuáles lo harán en la cuarta: palos y piedras”. De esta manera, incisiva y aparentemente simple, lanzó su advertencia sobre un conflicto de dimensiones mayúsculas para la humanidad. Hoy, las tensiones de una posible invasión rusa a Ucrania y un encontronazo probable con EEUU y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), no solo revive los fantasmas de la Guerra Fría, sino que pone en jaque la estabilidad global.
No obstante, los personajes de la trama han cambiado, Biden no es Kennedy, ni Putin es Nikita Jrushchov. El presidente de EEUU, Joe Biden, aseguró que “no tiene intención” de desplegar fuerzas estadounidenses o de la OTAN en Ucrania, aunque mantuvo la posibilidad de “serias consecuencias económicas” para Rusia si lleva a cabo una incursión en territorio ucraniano. Esta posición relaja el tono que se manejó a finales del 2021
“No tenemos intención de desplegar a fuerzas estadounidenses o de la OTAN en Ucrania”, dijo Biden.
A pesar de las declaraciones de la Casa Blanca, vale la pena preguntarse: ¿El peligro de una guerra es inminente? En conversación con DIARIO LAS AMÉRICAS, el coronel de Fuerzas Especiales del Ejército de EEUU; Arthur Garffer, estratega militar y experto en seguridad nacional asegura que: “El riesgo es real y hay que recordar que durante la guerra fría en el 1962 el mundo estuvo a un abrir y cerrar de los ojos de una guerra nuclear. Putin quiere hacer hincapié en la política exterior rusa del “near abroad” (política exterior rusa basada en el intervencionismo, desde el ascenso de Putin al poder) en donde Ucrania, Bielorrusia y los países Bálticos sirven de zona de amortiguamiento ante cualquier ofensiva del occidente contra Rusia. Esta política surge de una psicología defensiva basada en las invasiones a Rusia por parte de Sapieha de Polonia, Carlos XII de Suecia, Napoleón de Francia y Hitler de Alemania. Los EEUU y la Unión Europea quieren hacer constar que Ucrania es una nación soberana que puede decidir con quién se quiere aliar económica y militarmente, y que las agresiones rusas se medirán con determinación de los EEUU y la OTAN. Lo que se está viendo ahora es el momento en donde la diplomacia fracasó y se ha recurrido a la disuasión”
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El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, saluda a un infante de Martina el 25 de enero de 2022 en Washington, D.C
AP/Archivo
Ahora bien, el factor económico también entra en juego: “el valor del rublo cayó por 20% el 24 de enero de 2022 y el Banco Central de Rusia tuvo que intervenir a la vez que la bolsa de Moscú se desplomó añadiéndole más tensión financiera y económica a una Rusia que ya se veía afectada por un torbellino fiscal. Si esto es la idea de Putin, de efectuar una finta [un amago], le está saliendo muy costoso, y de decidir invadir a Ucrania no tendría el capital para sostenerlo”, subraya Garffer y agrega: “Económicamente la Unión Europea continuará ejerciendo sanciones contra Rusia imponiendo medidas restrictivas que recorren todo el espectro, desde la confiscación de activos hasta la denegación del acceso a los mercados de capital primario y secundario de la Unión Europea. Estas acciones, cabe recordar, junto con las sanciones de EEUU, han creado la actual crisis financiera en Rusia”
EEUU y la OTAN hicieron llegar dos respuestas por separado a los rusos esta semana en las que se mantuvieron firmes en la política de puertas abiertas de la alianza para la adhesión, rechazaron la petición de prohibir permanentemente que Ucrania se integre a la organización y dijeron que los despliegues aliados de soldados y equipo militar en Europa del este no son negociables.
“No hay cambios, no habrá cambios”, aseveró el secretario de Estado estadounidense Antony Blinken que espera hablar con el ministro del Exterior ruso Sergey Lavrov en los próximos días. Sin embargo, aseguró que la decisión entre la diplomacia o el conflicto le corresponde a Rusia y, más concretamente, al presidente ruso Vladimir Putin.
“Ya veremos cómo responden”, comentó.
Entretanto, el secretario general de la OTAN Jens Stoltenberg dijo: “No podemos y no comprometeremos los principios sobre los cuales recae la seguridad de nuestra alianza y la seguridad de Europa y Norteamérica”, señaló Stoltenberg. “Esto es sobre respetar a los países y su derecho a elegir su propio camino”.
“Rusia debería abstenerse de posturas de fuerza coercitiva, de la retórica agresiva y de actividades perjudiciales en contra de aliados y otras naciones. Rusia también debería retirar a sus soldados de Ucrania, Georgia y Moldavia, donde se encuentran desplegados sin el consentimiento de estos países”, manifestó.
En este sentido, los puntos de concordancia son claros. El coronel Garffer sostiene que “Europa y la OTAN están firmemente unidos y listos para enfrentar la amenaza rusa. Francia ha desplegado tropas y activos militares a Rumania; Holanda también ha desplegado tropas, aviones y buques; el Reino Unido ha desplegado equipo, tropas, porta aviones, aviones y buques; España buques y aviones; Italia tropas; Canadá tropas, aviones y buques; Polonia se ha movilizado en sus fronteras a la vez que los países Bálticos; en fin, toda la OTAN ha aportado militarmente. Europa y la OTAN han enseñado sus dientes y Rusia se ha fijado en ello. Ahora, el talón de Aquiles de Europa y la OTAN en estos momentos lo es Alemania ya que cuenta que con el gaseoducto Nordstream 2 y no puede estar bien con Dios y con el Diablo; Rusia los tiene en jaque”
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Un instructor capacita a miembros de las fuerzas de defensa de Ucrania, en un parque de Kiev, el sábado 22 de enero de 2022
AP/Archivo
Las palabras de Biden contrastan, de cierta manera, con las acciones de días pasados. El Pentágono tiene movilizados a unos 8.500 soldados en alerta y “listos” para desplegarse en el este de Europa, dentro de la OTAN, en caso de que Rusia invada Ucrania acorde con declaraciones del portavoz del Ejército, John Kirby.
¿Qué podríamos esperar? “Las opciones militares de los EEUU para ayudar a Ucrania, hay que recordar, llevan materializándose e implementándose desde el 2014 (la primera incursión de Rusia a Ucrania). Durante la administración del presidente Trump es cuando más marcado se veía el apoyo militar a Ucrania en donde se facilitó equipo y tecnología avanzada, se realizaron entrenamientos combinados Ucrania-EEUU y los aliados de la OTAN y se desarrollaron las formaciones ucranianas para tener interoperabilidad con los EEUU y la OTAN, entre otras cosas. En adición, los EEUU podría apoyar a Ucrania a efectuar una defensa recurriendo a los activos espaciales, cibernéticos y las operaciones psicológicas” asegura Garffer, aunque advirtió “Los militares en EEUU seguirán las órdenes del comandante en jefe, y si eso llevase a entrar en conflicto con Rusia, así se hará y se llevará a cabo profesionalmente. Ahora una guerra con Rusia no es una guerra contra los talibanes o Al Qaeda en Afganistán o Sadam Hussein en Iraq. Una potencial guerra con Rusia será complicada y destructiva. Habrá desbordamiento de efectos fuera de lo regional y se sentirá a nivel mundial”.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, se congratuló por las conversaciones "constructivas" mantenidas en París con representantes de Moscú bajo mediación francoalemana, en un intento de calmar la grave crisis entre los dos países. Zelenski consideró "positiva" la reunión por "su carácter constructivo y el deseo de continuar las negociaciones sustanciales dentro de quince días en Berlín”
Ahora bien, en caso de no prosperar las intentonas de diálogo ¿Cuál será la posición de Joe Biden?, expertos aseguran que una tibieza de la Casa Blanca en este caso no sería bien recibida en los EEUU o por numerosos países, ya que sería la segunda vez en menos de un año que la actual administración Biden le da la espalda a un aliado, generando un mensaje catastrófico para otros “amigos” como Taiwán, Iraq, Corea del Sur, entre otros.
Las decisiones de Biden en política exterior pueden haber envalentonado a Putin: “La retirada precipitada y desorganizada de las tropas estadounidenses de Afganistán sí formó parte de la toma de decisiones de Putin. Esto junto a el hecho que parte de esta administración del presidente Biden, incluyéndolo a él, fueron observadores de la invasión de Rusia a la región oriental de Ucrania y la anexión de Crimea, ha llevado a Putin a calcular que Biden carece de la fortaleza para diplomática y militarmente contrarrestar la agresividad de Rusia. Ahora que están ambos países en una danza “Kabuki”, queda por verse quién tiene las venas de hielo y quién es permisivo”
Para calcular el peligro, y acercarnos a las predicciones de Einstein, se anticipa que actualmente, el 93% de todos los arsenales nucleares del mundo están en poder de EEUU y Rusia.