MIAMI.– Una respuesta militar estadounidense al desarrollo nuclear de Corea del Norte no parece ser una opción viable para Washington, ya que podría poner en riesgo la seguridad de, quizá, su mayor aliado en el Extremo Oriente, Corea del Sur.
La capital surcoreana, Seúl, se encuentra tan solo a 38 kilómetros al sur de la Zona Desmilitarizada (DMZ, por sus siglas en Inglés), que separa a la dos Corea y es considerado el territorio más peligroso del mundo. Seúl sería una blanco fácil de la artillería norcoreana, sin necesidad de recurrir al uso de bombas nucleares. La inteligencia estadounidense calcula que sólo en la primera hora de combates en Corea del Sur habrían muerto 64.000 personas.
Es de creer, han señalado medios de prensa sudcoreanos, que los objetivos de Corea del Norte sean tanto políticos como militares pero también económicos, y ese es el peor ángulo que anticipan los observadores.
Corea del Sur maneja dos importantes aspectos de la industria mundial, tiene casi en exclusivo la patente de las pantallas táctiles de los celulares y tabletas, y sus astilleros tienen el monopolio de la construcción de los buques de gran calado que transportan gas natural. “Si Corea del Sur es alcanzada por un mísil, toda la producción electrónica se detendría”, ha decarado recientemente a Bloomberg el vicepresidente de IDC, Soo Kyomm Kim.
El pequeño tamaño de la península coreana, de unos 1.000 kilómetros de largo, hace que algunas de las fábricas más avanzadas del mundo estén a poca distancia de Corea del Norte. Es el caso de Paju, una pequeña ciudad situada a 15 minutos de automóvil de la DMZ. En ella, la electrónica LG ha construido una fábrica de pantallas OLED (diodo orgánico de emisión de luz) de sexta generación, que ofrecen un mejor resultado que las LCD (de cristal líquido), ha repordado el portal español El Confidencial.
Es más, el 12% de los proveedores de Apple, que tiene ahora entre manos el desarrollo del iPhone 8 se encuentran en Corea del Sur. Sustituir la capacidad de producción de Samsung, que se apresta a presentar el celular Samsung Galaxy S9, y de LG “costaría unos 48.000 millones de euros. Es ellos o nadie”, afirma el analista Alberto Moel.
También, en Corea del Sur se encuentran los tres mayores fabricantes mundiales de barcos. Una industria controlada por Daewoo, Hyundai y la misma Samsung, que ha diversificado sus operaciones. Las dos primeras empresas se encargan de barcos de guerra y submarinos, lo cual las convierte en objetivos militares para el régimen de Kim Jong-un, y las tres se encargan de los construcción del 80% de los buques petroleros y que transportan gas natural. Desde el 2008, apunta El Confidencial, han construido 191 de los 229 petroleros producidos mundialmente.
Por otro lado, un conflicto militar en la península coreana paralizaría el comercio en la región asiática y el Pacífico donde se encuentran 9 de los 10 puertos más importantes del mundo.
Es por eso que el presidente Donald Trump parece más volcado hacia una negociación pacífica. China, al parecer su nuevo aliado, también tendría mucho que perder en un conflicto, al cual se pudiera ver arrastrado cuando más, para enfrentar una inevitable crisis de refugiados norcoreanos hacia su territorio.
El sábado, en una entrevista con la cadena CBS, al hablar de la reforma del Obamacare y la disminución de la participación de los estados en su cobertura, Trump estableció sus prioridades en relación con la salud pública y una hipotética guerra con Corea del Norte. “Mire, solo porque uno se hiere en la rodilla, sinceramente, prefiero que el Gobierno se concentre en Corea del Norte, que se concentre en otras cosas que en su rodilla. ¿Ok? O en su espalda, por muy importante que sea su espalda. Prefiero ver el Gobierno federal concentrado en otras cosas, cosas grandes”, dijo el mandatario, ante el asombro de su entrevistador, el presentador de ‘Face The Nation’, de CBS, John Dickerson.