viernes 20  de  septiembre 2024
TERRORISMO

Muerte de Abu Sayyaf golpea al Estado Islámico

El magnate petrolífero aportaba montos millonarios al grupo terrorista y era uno de sus dirigentes más sanguinarios

MIAMI.- RUI FERREIRA
Especial
@ruiefe

El 15 de mayo del año pasado, el grupo de tropas especiales del ejército de EEUU, el célebre “Delta Force”, acabó con la vida de Abu Sayyaf, cuyo verdadero nombre era Fati Ben-Awn el-Murad al Tunisi. Con él, los estadounidenses arrestaron a su esposa, que languidece hoy día todavía en una cárcel de EEUU y liberaron a una esclava cristiana.

Pero Abu Sayyaf no era un hombre cualquiera, sino el responsable de la industria petrolífera del Estado Islámico (EI) y uno de sus dirigentes más sanguinarios. En la operación, el grupo de “Delta Force” logró incautar uno de los más importantes legajos que documentan las interioridades de las finanzas del EI y demuestran que el hombre fue responsable del incremento de 59% en las exportaciones de petróleo extraído de los pozos sirios en las mismas narices de la Organización de Países Exportadores de Petróleo, según reveló la semana pasada el diario Wall Street Journal.

Los más significativo de lo hallado es que Abu Sayyaf logró crear una empresa dividida en cuatro grandes grupos, manejados por igual número de asociados, un saudita, un argelino, un iraquí y un tunecino, que no han sido identificados públicamente todavía.

La empresa se basaba en una fuerte jerarquía donde la corrupción era firmemente castigada y que se caracterizó por unos salarios bastante espartanos, entre 160 y 400 dólares, pero más altos que lo que hasta entonces se pagaba en la región a administradores, contables, agentes de seguridad y especialistas en extracción del crudo. En total, unas 150 personas estuvieron involucradas en la operación que durante dos años le dio al EI una riqueza calculada en 4 millones de dólares diarios, extraídos fundamentalmente gracias al trabajo esclavo de unos 3.000 cristianos a quienes apenas se alimentaba y vigilaba.

Aunque sus oficinas se encontraban en territorio iraquí pero cerca de la frontera con Siria, las operaciones se desarrollaban del otro lado de la línea fronteriza porque el crudo sirio es de mejor calidad y Abu Sayyaf logró trabajar en un territorio fuera del control de las fuerzas del mandatario sirio Bashar Al-Assad.

Venta en las sombras

Todo el crudo fue vendido en el mercado negro, principalmente a países asiáticos sin grandes escrúpulos sobre su origen y unos precios más bajos que el mercado.

Según informaciones filtradas por el Gobierno estadounidense, fue a partir de mayo pasado que las fuerzas aliadas con la participación de Rusia redujeron sustancialmente este macabro comercio exterior del EI bombardeando las rutas de extracción del petróleo, destruyendo largos convoyes de camiones, hasta 500 de una sola vez, e inmuebles donde Abu Sayyaf guardaba el dinero en fajos de billetes, ya que el sistema bancario iraquí es prácticamente inexistente.

De todo este imperio comercial hoy día poco queda. Las fuerzas del EI parecen en retirada, con largas deserciones de combatientes y ante el avance de las fuerzas aliadas, cuyas operaciones combativas son más clandestinas que públicas, y sobre cuya existencia poco o nada ha sido desvelado por Estados Unidos hasta que se ha revelado la muerte de Abu Sayyaf la semana pasada.

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