jueves 28  de  marzo 2024
Francia

Sarkozy tacha de calumnia acusación de financiación ilegal 

"Sin mi compromiso político este régimen (de Muamar al Gadafi) seguiría allí", dijo Sarkozy según Le Figaro

PARÍS.- El expresidente francés Nicolas Sarkozy negó ante la fiscalía las acusaciones de financiación ilegal de su campaña electoral con fondos libios y denunció que desde 2011 vive el "infierno de esta calumnia", según informa este jueves el diario Le Figaro.

La Justicia francesa abrió la noche del miércoles una investigación contra Sarkozy, entre otras cosas por las sospechas de que su campaña electoral de 2007 podría haber sido financiada ilegalmente. El abogado del político, Thierry Herzog, no pudo ser contactado para comentar las informaciones.

No hay ninguna prueba grave ni congruente que justifique una investigación, dijo Sarkozy.

El expresidente no trabajó por los intereses de Libia, sino por el contrario, obtuvo la orden de la ONU de dirigir los ataques militares contra el país norteafricano, aseguró haciendo referencia a la guerra de Libia de 2011.

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"Sin mi compromiso político este régimen (de Muamar al Gadafi) seguiría allí", dijo Sarkozy según Le Figaro. Fuentes judiciales ya confirmaron el miércoles que el expresidente había negado todas las acusaciones.

Nicolas Sarkozy considera que las acusaciones que han conducido a su imputación por financiar su campaña electoral en 2007 con dinero de Muamar Gadafi responden a la venganza del clan del líder libio por la operación internacional que encabezó para derrocarlo.

Esta es la línea argumental de Sarkozy ante los jueces que lo imputaron este miércoles tras más de veinte horas de declaración bajo arresto, a los que pidió -sin éxito- que le dieran el estatuto de "testigo asistido" que le habría permitido acceder al sumario sin sufrir el escarnio por el que debe pasar ahora ante la opinión pública.

Algo por lo que se queja de haber pagado un "fuerte tributo" con una campaña que ha tratado de mancharlo con "calumnias e insensateces", empezando por su derrota en las presidenciales de 2012 frente al socialista François Hollande por 1.5 puntos de diferencia, que vincula directamente a esas acusaciones.

"La polémica lanzada por Gadafi y sus esbirros me costó ese punto y medio", denuncia. Detrás del "infierno de la calumnia" que dice estar viviendo desde que el régimen de Gadafi se vino abajo en marzo de 2011, afirma que está la "banda" del derrocado líder libio.

A los magistrados instructores les intentó persuadir de la "manipulación" urdida en su contra y de "la profundidad, la gravedad y la violencia de la injusticia" que hay en las sospechas que pesan sobre él.

A su parecer, se le acusa "sin ninguna prueba material", únicamente sobre la base de las declaraciones del clan Gadafi, y en especial del marchante de armas e intermediario Ziad Takieddine, al que reservó el grueso de sus críticas.

Este turbulento empresario franco-libanés, uno de los cuatro inculpados en el sumario, repite desde noviembre de 2016 que transportó cinco millones de euros en efectivo desde Trípoli a París entre finales de 2006 y comienzos de 2007, que entregó al propio Sarkozy y a su mano derecha, el exministro Claude Guéant.

Sarkozy hace hincapié no sólo en que Takieddine recibió dinero de Libia en múltiples ocasiones, sino que se ha podido demostrar de forma repetida que es un mentiroso -fue condenado por difamación-, como él lo ha hecho con los supuestos encuentros que ambos habrían mantenido entre 2005 y 2011 y que afirma que no existieron.

Por eso insiste en que dada su "falta de credibilidad", el testimonio de Takieddine no puede constituir una base para su inculpación, como tampoco el documento publicado por el sitio de información "Médiapart" en 2012, que estuvo en el origen de la apertura de esta investigación judicial.

Se trata de una nota de diciembre de 2006 de Musa Kusa, jefe de los servicios secretos de Gadafi, sobre la concesión de una partida de 50 millones de euros para la campaña de Sarkozy y que éste considera "el colmo de la manipulación".

Con la decisión judicial de anoche, el exjefe de Estado francés está ya imputado en tres sumarios diferentes y por uno de ellos se tendrá que sentar en el banquillo: las irregularidades en las cuentas de su campaña de 2012.

Los magistrados han decidido ahora imponer al expresidente de Francia un control judicial pese a su insistencia en que nunca ha tratado de sustraerse a sus obligaciones y en que tampoco ha tratado de "influir" en las otras personas citadas en este procedimiento.

FUENTE: dpa/EFE

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