COLOMBO.- El presidente Gotabaya Rajapaksa, que huyó de Sri Lanka el miércoles en medio del colapso de la economía, es miembro de la familia más influyente del país, que llegó al poder y se resistió a dejarlo.
COLOMBO.- El presidente Gotabaya Rajapaksa, que huyó de Sri Lanka el miércoles en medio del colapso de la economía, es miembro de la familia más influyente del país, que llegó al poder y se resistió a dejarlo.
Rajapaksa, su esposa y dos guardaespaldas escaparon a Male, capital de las Maldivas, según un funcionario del servicio de inmigración, que habló a condición de no ser identificado dada la delicada situación que enfrenta el país, sacudido por manifestaciones de protesta masivas.
La partida del presidente se produjo tras cuatro días de protestas, incluida la toma de su residencia oficial y de su despacho por parte de turbas. Los manifestantes tomaron también la residencia del primer ministro Ranil Wickremesinghe, quien ha dicho que dejará su cargo cuando asuma un nuevo gobierno en Sri Lanka.
Vistazo a la historia y la caída de los Rajapaksa:
Durante décadas, los Rajapaksa, una poderosa familia de terratenientes, dominaron la política de un distrito rural del sur de Sri Lanka y en el 2005 Mahinda Rajapaksa fue elegido presidente. Apelando al nacionalismo de una población mayormente cingalesa budista, derrotó en el 2009 a una insurgencia tamil, poniendo fin a una brutal guerra civil de 26 años que había dividido al país. Su hermano menor, Gotabaya, era un poderoso oficial y estratega militar en el Ministerio de Defensa.
Mahinda gobernó hasta el 2015, en que inesperadamente fue derrotado en las elecciones por un antiguo aliado. Pero la familia volvió al poder en el 2019, cuando Gotabaya ganó las elecciones presidenciales con la promesa de restaurar la seguridad tras ataques suicidas que dejaron 290 muertos en el Domingo de Pascua.
Prometió restablecer el intenso nacionalismo que le había dado gran popularidad a su familia entre la mayoría budista y superar los problemas económicos que enfrentaba el país con un mensaje de estabilidad y desarrollo.
Sin embargo, el presidente cometió una serie de errores fatales que desataron una crisis sin precedentes en Sri Lanka.
El turismo se vino abajo tras los atentados y había que pagar préstamos para polémicos proyectos de desarrollo. Rajapaska desoyó a sus asesores y dispuso la rebaja de impuestos más grande en la historia del país. El objetivo era promover el gasto, pero expertos advirtieron que la medida tendría un impacto nefasto en las finanzas del gobierno. Los confinamientos por la pandemia del coronavirus y una poco feliz prohibición del uso de fertilizantes químicos complicaron más la situación.
El país es quedó sin dinero y no pudo pagar sus enormes deudas. Una escasez de alimentos, gas para cocinar y medicinas generó malestar y quejas por el mal manejo del país, la corrupción y el nepotismo. Numerosos miembros de la familia Rajapaksa ocuparon altos cargos, incluidos ministerios, durante los gobiernos de Mahinda y Gotabaya. De hecho, Mahinda fue era el primer ministro del gobierno de su hermano.
En abril, tres miembros de la familia Rajapaksa, incluido el ministro de economía, dejaron sus carteras en medio de protestas. Lo mismo hizo otro familiar que ocupaba un cargo alto. En mayo, partidarios del gobierno atacaron a manifestantes antigubernamentales y los incidentes dejaron nueve muertos.
Mahinda Rajapaksa fue obligado a renunciar como primer ministro y se refugió en una base naval.
Pero Gotabaya se negó a irse y apostó al nombramiento de Wickremesinghe, un experimentado político de oposición, para sacar al país del borde del precipicio. La maniobra no funcionó. Wickremesinghe no tuvo ni la capacidad ni el apoyo necesario para enderezar el rumbo y evitar el colapso.
FUENTE: Con información de AP