Lo sucedido ayer en los terrenos de la iglesia Jordan Grove debería ser la norma y no la excepción. nMuchos residentes de Miami acudieron a Liberty City, un vecindario acosado por los hechos de violencia con armas de fuego, para entregar a representantes del Departamento de Policía de Miami ametralladoras, fusiles y pistolas de diferentes calibres. n
La jornada tuvo un gran ganador: la paz ciudadana. nEl objetivo de las autoridades: que cada vez queden menos armas en las manos de los malhechores. n
En el año que culmina, Estados Unidos fue sacudido por varios hechos de sangre que tuvieron como denominador común el uso de armas de fuego. Miami no ha sido la excepción.
En muchos de esos lamentables sucesos perdieron la vida padres de familia y niños inocentes. nNo se trata de adentrarnos en el interminable y laberíntico debate sobre la validez de la Segunda Enmienda de la Constitución.
Pero hay un hecho irrefutable: las armas en las manos equivocadas tienen casi siempre consecuencias letales. nEs triste que, tras una tragedia como la ocurrida en la Escuela Primaria Sandy Hook, en Newtown, Connectituct, donde 20 niños fueron asesinados a tiros por un joven atacante con problemas mentales, el debate sobre la posesión de armas se haya empantanado. n
La nación necesita encontrar vías para poner fin a la violencia con armas de fuego. Lo sucedido ayer en Liberty City es un pequeño paso en la dirección correcta. Un grupo de residentes de Miami tomó la decisión acertada y dijo adiós a las armas.