Los venezolanos recordaremos al 2018 como uno de los años más oscuros de nuestra historia reciente. El año que se va ha estado cargado de muchos eventos, tanto internos como externos, que presagian cambios inminentes en el País.
Los venezolanos recordaremos al 2018 como uno de los años más oscuros de nuestra historia reciente. El año que se va ha estado cargado de muchos eventos, tanto internos como externos, que presagian cambios inminentes en el País.
El pesado ambiente deja sentir la presencia de aires premonitorios, que anticipan vientos borrascosos, choque de trenes y huida despavorida de cobardes criminales.
Estamos viviendo las horas más aciagas de la República, el zenit de la tragedia infligida al pueblo venezolano por una caterva de malandros, que ofreciendo al pueblo ingenuo una vida sin necesidad de trabajar, en mala hora se hizo del poder y los corrompió absolutamente, con el ánimo de jamás dejarlo.
El 2018 será tristemente recordado por las siguientes, entre otras muchas, perlas:
• 5 años continuos de recesión y caída del Producto Interno Bruto.
• La mayor inflación anual de su historia, superando 1,000,000%.
• La menor producción petrolera diaria de las últimas 7 décadas (aprox. 1,000,000 de barriles).
• La mayor emigración de su historia (1,600,000 personas entre Enero y Septiembre, según Consultores 21).
Ahora bien, nunca está más oscuro que cuando va a amanecer, así lo presienten ya muchos factores que invitan a prepararse para el cambio.
Son muchas las Organizaciones No Gubernamentales que se han dado a la tarea de preparar planes sectoriales para la recuperación del País y que están prestas y listas para desplegarse al momento en que la actual dictadura colapse.
El llamado Frente Amplio Venezuela Libre en el que se conjugan cuerpos intermedios de la sociedad, tanto civiles como políticas, se ha trazado la meta de elaborar un proyecto de desarrollo nacional, que se enmarque en un plan de país a largo plazo.
Organizaciones como Venamerica ha dispuesto toda su estructura organizativa en aras de coordinar los esfuerzos de muchas organizaciones civiles de la diáspora venezolana, que se preparan para apoyar la recuperación y la reconstrucción de Venezuela, cuando se verifique el tan ansiado, y al parecer inminente, cambio político.
El llamado G4, conformado por las organizaciones políticas Primero Justicia, Acción Democrática, Un Nuevo Tiempo y Voluntad Popular han manifestado que trabajan en torno a un Plan “Marshall” para la recuperación del País.
Tanto está en el ambiente el modo “transición”, que hasta la misma dictadura ha entrado en anticipación (pánico) de lo que teme comenzará a suceder a partir del día 10 de Enero de 2019, fecha en que termina el actual período presidencial y que, dada la ilegitimidad e ilegalidad de las amañadas elecciones presidenciales del pasado mes de marzo, ha generado el pronunciamiento casi unánime del concierto de naciones en cuanto a que no reconocerán el mandato de Maduro a partir de dicha fecha.
Incluso se habla que, con el ánimo de frenar los eventos que pudieran desarrollarse con motivo del fin del período presidencial el 10 de Enero próximo, Maduro estaría por anunciar un paquete de medidas económicas liberales que incluye: el desmontaje del control cambiario, el respeto a la propiedad privada e incentivos para los empresarios.
Aunque la presidencia de Maduro ha devenido ilegítima e ilegal no por su origen sino por razones del desempeño durante su gestión, lo interesante que sucederá a partir del 10 de Enero de 2019 es que si su gobierno no es legítimo, la única autoridad legítimamente constituida en Venezuela será la Asamblea Nacional.
Como habrá un vació de poder a partir de la referida fecha, deberá procederse conforme a lo dispuesto por la Constitución Nacional, que en su artículo 233 establece la fórmula de llenar las ausencias del Presidente, tanto en funciones como el electo. Pero sí, como hemos dicho, Maduro dejará de ser Presidente en funciones el 10 de Enero, entonces habrá necesariamente que aplicar analógicamente el mecanismo de suplencia constitucional para el caso del Presidente electo, por lo que la presidencia, mientras se lleva a cabo un nuevo proceso electoral, recaerá en el Presidente de la Asamblea Nacional.
De llegar a utilizarse esta fórmula, el próximo Presidente de Venezuela será el Ingeniero Industrial de 35 años de edad, diputado Juan Gerardo Guaido, quien se espera que, a partir del próximo 5 de Enero sea designado para ocupar la Presidencia de la Asamblea Nacional.
El diputado Guaido, militante del partido político Voluntad Popular, fue electo por los electores del Estado Vargas en las pasadas elecciones donde irónicamente compitió y le ganó a la actual Primera Dama Cilia Flores.
Vienen momentos desafiantes e interesantes para todos los venezolanos, aprovechemos estas navidades para compartir con nuestras familias y amistades y para reflexionar sobre los próximos pasos que habremos de dar como sociedad organizada.
@juanriquezes