Las ofertas de aspirantes para la nominación presidencial republicana de 2024 ya están comenzando a surgir, poniendo en evidencia que el expresidente Donald Trump no obtendrá tan fácilmente, el puesto que quiere recuperar.
Las ofertas de aspirantes para la nominación presidencial republicana de 2024 ya están comenzando a surgir, poniendo en evidencia que el expresidente Donald Trump no obtendrá tan fácilmente, el puesto que quiere recuperar.
Ya no es un secreto a voces, que el actual gobernador de Florida, Ron DeSantis, encabeza las preferencias electorales partidistas, sin aun haber insinuado todavía, que quiere aspirar a la nominación.
A juicio de al menos dieciocho destacados republicanos en Michigan, DeSantis sería el candidato ideal, tanto así que hasta le entregaron personalmente una carta en la que se explica por qué debería optar a la nominación.
La movida política, que tuvo amplia cobertura mediática, sirvió para destacar que Trump no es la única vía para obtener La Casa Blanca.
Si bien el empresario le ha pedido a DeSantis que no compita contra él, el gobernador de Florida no ha revelado sus planes para 2024 pero bien podría ser que, el pedido de los republicanos en Michigan haga mella y se convierta en el efecto dominó, que se espera en otros estados.
Si bien es cierto que también se están impulsando otros nombres, todavía en esta etapa, todo son conjeturas.
En todo caso, a manera de tantear las aguas, dos figuras republicanas, ampliamente curtidas en las lides políticas, irrumpieron hace poco la escena para sugerir que podrían estar considerando aspirar a la candidatura.
Por una parte, el exsecretario de Estado y exdirector de la CIA, Mike Pompeo quien ha publicado un libro que salió está semana y el momento sugiere, que podría estar listo para desafiar a Trump.
El título de sus memorias, “Nunca cedas ni una pulgada o luchando por la América que amo” o “Never Give a Inch: Fighting for the America I love", por su título original, suena como un paso para introducir su nombre desde un ángulo diferente y desafiar a su antiguo jefe en sus pretensiones presidenciales.
En los círculos políticos de la capital se comenta que, Pompeo está retrasando su decisión hasta la primavera.
En su libro, Pompeo acusa a otra potencial rival, Nikki Haley, exembajadora de la ONU, de intentar hacerse con el puesto de vicepresidenta bajo Trump, tratando de persuadirlo de que la nombrara en reemplazo de Mike Pence.
La también exgobernadora de Carolina del Sur, quien debe ser vista como una rival potencial con buenas posibilidades para 2024, respondió desestimando el señalamiento de Pompeo, pero, este cruce de palabras les dio a ambos la tribuna suficiente para estar en las noticias, particularmente importante para quienes tienen ambiciones de llegar a la Casa Blanca.
Haley, quien cumplió 52 años la semana pasada, aprovechó su momento para afirmar durante un programa televisivo que ya era hora de que alguien, de una generación más joven, tomara las riendas del país para solucionar sus problemas.
Trump tiene 76 años y el presidente Joe Biden, 80.
“¿Puede ser esa líder? Le preguntó el periodista a lo que Haley respondió: "Sí, creo que sí puedo” añadiendo: “Que gane la mejor mujer”.
Por supuesto, el único republicano que se ha lanzado oficialmente es Trump, pero en Washington pocos dudan de que DeSantis, Pompeo, Haley y Pence seguirán el mismo camino para disputarle la nominación de 2024.
Biden podría tomar su decisión de presentarse en febrero, y cuando lo haga, tanto él como sus asesores sin duda tendrán en cuenta las opciones republicanas que estarán alineándose en su contra.
Para nadie es un secreto que el mandatario preferiría repetir la campaña que le dio el triunfo en 2020 pues considera que enfrentar “al factor Trump” podría otorgarle más probabilidades de ganar un segundo mandato.
Si bien Trump siempre ha sido una figura controversial es igualmente cierto que todavía es popular entre los republicanos por lo que, si un prominente grupo de rivales de su partido intentan interponerse en su camino, es probable que se generen divisiones y disidencias, no solo internamente sino también extensivas entre los votantes.
La proyección de los posibles escenarios anticipa que, si ningún demócrata se opone a Biden, tendrá un campo despejado durante la campaña mientras que, los republicanos podrían estar peleando entre sí.
Y es que, a pesar de su popularidad, los rivales de Trump también son muchos y están a ambos lados del espectro político.