martes 18  de  febrero 2025

Cambiando el discurso

Mientras el senador de Texas Ted Cruz hablaba por 21 horas y 42 minutos en un mal considerado intento para demorar un voto presupuestario, distrajo al país del tema importante a tratar que sea, que si no llegan a un acuerdo sobre el presupuesto federal antes del 1 de octubre el Gobierno cierra sus puertas.
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En 2011 el presidente Obama les ofreció a los republicanos un límite a los gastos discrecionales, que no incluyen gastos como el Seguro Social o Medicaid, por diez años como parte del acuerdo sobre el límite de la deuda que crea el u201cBudget Control Act u201d.

Lo único que la mayoría recuerda de esto es el llamado u201csequester u201d o recortes automáticos de apenas el 5% del gasto no esencial del presupuesto federal. Para horror de Obama y los demócratas, el sequester entró en vigor, algo que ellos nunca imaginaron, y no hubo un cataclismo.

La victoria para los republicanos es obvia, pero no la han sabido reconocer. nEn vez de enfocarse en que han logrado rebajar el gasto federal, los menos astutos dentro del partido están enfocados exclusivamente en eliminar todos los fondos para la ley de reforma de salud que es el legado de Obama.

Tal es el empeño de los republicanos de la Cámara de Representantes que, en su proyecto de presupuesto, aumentaron el gasto federal para defensa en $19.000 millones mientras que eliminaron todos los fondos para Obamacare, a sabiendas de que esto sería rechazado en el Senado. n

El Senado quiere aumentar el gasto, el líder demócrata del Senado, Harry Reid, ha propuesto un aumento sobre el límite de la deuda a $70.000 millones. O sea, ambos senadores terminan eliminando los recortes del 2011 y aumentando los gastos federales. Normalmente las campanas de la catedral estarían repicando, alertando a todos de lo que sucede, pero nada se ha hecho.

Los únicos que podrían hacerlo están enfrascados en el tema de eliminar todos los fondos para Obamacare, como si tuviesen los votos necesarios para lograrlo. Increíble. n

Hay dos cosas que, de adoptarse, probablemente serían mejores estrategias para los republicanos. Primero, la mejor arma que tienen para negociar es precisamente la amenaza del u201csequester u201d, más recortes automáticos, al igual que toda compañía en el sector privado ha hecho año tras año.

Entre los programas que serían recortados automáticamente están algunos de los favoritos de los demócratas, como el patrocinio a organizaciones pro aborto, por ejemplo.

Si los republicanos no aprietan, nunca van a sacar concesiones para negociar un acuerdo bipartidista. nSegundo, la minoría republicana, conocida como el u201cTea Party u201d, sólo está enfrascada en eliminar los fondos de Obamacare.

Todos sabemos que la ley de salud tiene algunos aspectos positivos. Sería mejor que ellos presentaran proyectos de ley que eliminen todo lo negativo de la actual, por lo menos mil páginas de las dos mil que tiene el u201cAffordable Care Act u201d y que propongan sus propias soluciones.

Tal vez sería preferible expandir algo como Medicaid para los treinta millones que actualmente no tienen seguro médico. Hay que definir el trabajo a tiempo completo como de cuarenta horas por semana en vez de treinta.

Hasta los sindicatos están en contra de esto, y con razón, pues nadie tendrá dinero o interés en ser miembro. nEn vez de hablarse entre sí, el Partido Republicano debería estar hablándole al votante.

Que nos convenzan a nosotros de lo que sería mejor y a través de la presión popular se puede cambiar el rumbo del país. Se hizo en las elecciones del 2008.

De repente, hasta el senador Ted Cruz comienza a trabajar a favor de su partido y no en su contra.

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