miércoles 23  de  abril 2025
OPINIÓN

China, en las elecciones presidenciales

La nación asiática está avanzando a un ritmo acelerado para convertirse en una superpotencia mundial, no solo económica sino también militar.
Diario las Américas | SONIA SCHOTT
Por SONIA SCHOTT

De acuerdo con el Departamento de Estado, brazo ejecutor de la política internacional de Estados Unidos, Washington busca una relación constructiva con China, en asuntos como apoyo para presionar a Corea del Norte a poner fin a su programa nuclear, detener el flujo de opioides ilegales al país, contener los reclamos territoriales de la nación asiática en el mar de China meridional y promover la defensa de los derechos humanos, además de reducir el déficit comercial bilateral.

Pero las alarmas se han disparado en la Casa Blanca porque de 33 mil millones de dólares en 1992 de superávit en favor de China, más de 772 mil millones corresponden a bienes y servicios en 2017, lo que se considera una clara desventaja para los intereses de Estados Unidos.

China es actualmente el tercer mercado de exportación más grande de bienes estadounidenses, después de Canadá y México, en cambio Estados Unidos, representa el mayor mercado del país asiático.

La posición de Estados Unidos es que el déficit comercial con China aumentó de “manera inaceptable” y por eso busca equilibrar la balanza, para lograr igualdad de condiciones y proteger los intereses estadounidenses de las “acciones económicas injustas de China”.

De esta manera, Washington busca seguridades para la protección de la propiedad intelectual y terminar con las transferencias forzadas de tecnología, referidas a la práctica del Gobierno chino que obliga a empresas extranjeras a compartir su tecnología, a cambio de acceso a su mercado.

Según fuentes citadas por la agencia de noticias Reuters, a pesar de la pandemia, el superávit comercial de China con Estados Unidos aumentó de 32.46 mil millones de dólares en julio a 34.24 mil millones de dólares en agosto, confirmando la tendencia de que China exporta más bienes y servicios de los que le compra a Estados Unidos.

A pesar de estos datos, las relaciones continúan tensas por el coronavirus, cuando la Casa Blanca acusa a China de no controlar y por los señalamientos de espionaje. Esta retórica, seguramente se intensificará mientras nos aproximamos a las elecciones presidenciales del 3 de noviembre.

En general, la política exterior rara vez juega un papel importante en las elecciones estadounidenses. especialmente cuando todo está centrado en la pandemia, la economía y los empleos. Sin embargo, China se convertirá en el mayor desafío para el próximo mandatario.

La nación asiática está avanzando a un ritmo acelerado para convertirse en una superpotencia mundial, no solo económica sino también militar.

El gobernante chino Xi Zinping dijo en 2017 que quería un ejército estelar para 2049 y a sus 67 años es probable que permanezca como presidente para supervisar esta dramática transformación.

El Pentágono publicó recientemente su informe anual para el Congreso sobre la modernización militar de China y sostuvo que ese país construyó 12 submarinos de propulsión nuclear en los últimos 15 años. Eso habla de una línea de producción.

El gasto en defensa será un tema político crucial en los próximos cuatro años, si Estados Unidos quiere mantenerse por delante de China y Rusia, mientras estos aprovechan los nuevos avances en tecnología, para desarrollar la próxima generación de sistemas armamentistas como los misiles hipersónicos que pueden viajar hasta 20 veces la velocidad del sonido.

La estrategia de defensa nacional estadounidense cambió en 2018, después de años de luchas contra el terrorismo en Irak, Afganistán y Siria. Según un informe del Pentágono, ahora Rusia y China serán el principal foco de atención, pues son vistos como la principal amenaza para los intereses de seguridad nacional de Estados Unidos.

La administración anterior de Barack Obama ya había comenzado un cambio de estrategia en la región del Asia -Pacífico, pues ya veía a China como una creciente amenaza.

Con Trump la estrategia se ha intensificado, luego de que China está tratando de dominar la región,

Según el Pentágono, China adelanta a Estados Unidos en su fuerza naval, al contar con 350 barcos, mientras la Marina estadounidense reporta 293 embarcaciones, aunque el país asiático solo tiene dos portaaviones mientras que la nación norteamericana ostenta 11.

Los debates presidenciales deberán incluir a China, pues mientras Estados Unidos deshoja la margarita para ver quién será su próximo presidente, China sigue caminando hacia sus objetivos, sea quien gane la Casa Blanca.

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