jueves 10  de  octubre 2024

Cubano comiendo lagartija

Comer lagartijas en otros países puede ser algo normal, pero en Cuba comerse una lagartija viva es sin dudas un acto asqueroso, además de humillante

Cubano comiendo lagartija en Marianao. Este es el título de uno de los videos más vistos y comentados esta semana en las redes sociales. Parecerá un chiste, pero el que ha visto el video sabe que forma parte de una triste realidad que aconteció en Cuba. El video del adolescente cubano que por cinco dólares se atrevió a comerse una lagartija viva le está dado la vuelta al mundo. Aparece en la calle semidesnudo, con una delgadez extrema. Es asediado por otros jóvenes, quienes lo incentivan para que este proceda y realice así u201cla gran proeza u201d. n

Comer lagartijas en otros países puede que resulte algo normal, pero en Cuba, a pesar del hambre o la necesidad, comerse una lagartija viva es sin dudas un acto asqueroso, además de humillante. El joven no refleja en ningún momento que tenga hambre o demasiadas ganas de hacerlo, pero el que está grabando el video parece haberle ofrecido cinco dólares y lo induce hacerlo. Los otros jóvenes que están presenciando el acto, lejos de detenerlo, lo estimulan cada vez más para que continúe. La mayoría se burla, parece disfrutar del espectáculo. n

u201cÉl se la va a comer, primero la va a masticar y va a empezar por la cabeza y luego se la va a tragar u201d. Este es el mandato del que está a cargo de sellar el suceso para la posteridad, sosteniendo la cámara, pero no deja ver nunca su cara. En algunos momentos se puede observar cómo el adolescente duda, siente demasiada repulsión, pero aun así la acción comienza. El joven mastica la cabeza de la lagartija, al principio con decisión y aparente valentía luego, con náuseas visibles, hace arqueadas. Los testigos se ríen y exclaman: !Ay Dios! Y como muchas veces el que paga ordena, este se mantiene diciéndole: u201cDale, dale, no pares, sigue, sigue, que tú sabes que si no terminas no se te da, u201cesa talla u201d. n

Cuando menciona u201cesa talla u201d, se refiere al dinero que le va a pagar si el adolescente se atreve a comerse el reptil. Lo obliga a abrir la boca y a mostrarle a todos que se tragó la cabeza de la lagartija. El joven no tiene ahora la misma mirada, se comporta como avergonzado y mira al suelo y a su alrededor como si lamentara mucho haberse metido en esa situación. Es evidente que se siente demasiado presionado por todos los que lo contemplan. Quiero creer (en el fondo) que tiene menos necesidad que ganas de demostrarles a todos que sí es capaz de hacerlo.

Falta el resto del cuerpo del animalito, pero ahora el joven no se lo mete en la boca tan urgente, sino que lo piensa más y pareciera que las ganas de vomitar no lo dejan avanzar. u201cTrágatela bobo, cierra los ojos y no piense en lo que es u201d, le grita uno de los que conforman la audiencia. u201cDale, que ya pasaste lo más difícil", le dice en forma alentadora otro. u201cYo lo hubiera hecho mejor, u00bfpor qué no me diste el dinero a mí?", pregunta uno que parece ser el más pillo y el que por lo visto consigue darle el empujón final para que el elegido de la función termine masticando y tragándose el cuerpo de la pobre lagartija, víctima también de la necedad de algunos que se creen humanos.

Al final del video el muchacho termina vomitando todo. El de la cámara le pregunta con cinismo: u00bfqué se siente comerse una lagartija? A lo que éste responde, con una sonrisa orgullosa: u201cTodo está bien, todo está rico, esto sabe a pollo, sácame por Facebook".

Quizás al protagonista de esta historia le hacían falta verdaderamente los cinco dólares. Tal vez tenga una escasez imperiosa, o acaso solo pretendía salir de Cuba u2026 aunque solo fuera por medio de Facebook. No lo sé. Lo que sí me atrevo asegurar es que este suceso deplorable demuestra lastimosamente lo que es capaz de lograr el acoso en los jóvenes. Este ejemplo, más que necesidad por el dinero, enseña lo que puede llegar a hacer un adolescente, no solamente en Cuba, sino en cualquier lugar del mundo, ante cualquier vicisitud, acorralado, al punto de hostigarlo y desafiarlo; ya sea ante el hecho de probar drogas, perder la virginidad o suicidarse por el atosigamiento de esos, que nos hacen creer a veces que somos feos, que no somos nadie en este mundo, o que somos lo peor. n

Este video nos recuerda lo cruel que podemos llegar a ser algunos y lo inocentes que solemos ser otros, cuando caemos en actos de egocentrismo, malicia y sobornos.

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