Doy gracias a Dios por la música y todas las artes

En este mundo que vivimos estamos bajo la presión de escuchar constantemente que atravesamos una era de un gran desarrollo tecnológico, pero a la vez, sufrimos una decadencia espiritual innegable. Escuchar y ver las noticias es un tormento diario: cuántos crímenes, cuánta división, cuántas guerras innecesarias, cuánta confusión sobre los valores humanos, los principios y la moral.

La vida es muy corta para vivirla con tanta presión. Los que amamos profundamente lo que hacemos tenemos la obligación de no doblegar nuestra pasión bajo ningún concepto. Educar a los jóvenes con ideas bien definidas, en que hemos venido al mundo a crear, a amar al prójimo, y sobre todo incentivarlos a que luchen sin descanso por sus sueños, sin caer en vicios ni depresiones.

Cuando se ama la vida, la familia y los amigos, es difícil luchar contra todas las tendencias negativas existentes, pero no podemos permitir que nos arruinen nuestros sueños. Un país es rico por su decencia, por sus modales y por su clase, no por su riqueza monetaria.

El milagro de estar vivos es más que suficiente para vivir súper agradecidos e inspirados por el milagro que es la vida en si misma.