El contraste

Mientras el presidente (e) Juan Guaidó sortea abiertamente encuentros con embajadores de la UE, del G7 y del Grupo de Lima, entrevistas con presidentes de grupos parlamentarios de la UE y Eurodiputados, visita al Reino Unido, da cara a la prensa en el Parlamento Europeo, interviene en el Foro Económico de Davos, concreta importantes contactos en Colombia en el combate contra el terrorismo, reunión con Mike Pompeo, Iván Duque, entre otros, continúa su cruzada internacional tocando tierras europeas reuniéndose con los más importantes líderes de distintos países, difundiendo con crudeza y franqueza la triste y caótica realidad de Venezuela, desnudando al régimen con verdades, solicitando ayuda y apoyo para Venezuela y sus migrantes.

Del otro lado de la acera, Maduro con un desplante insólito, irreverente, insulta al tiempo que ofende el gentilicio venezolano al incorporar a su Consejo de Ministros al embajador cubano y condecorar al presidente marioneta de Raúl Castro en momentos en que medios españoles reseñan que Delcy Rodríguez se reúne en el aeropuerto de Barajas en Madrid, sin que se conozcan sus propósitos, con José Luis Ábalos, ministro de Transporte, en secreto, subrepticiamente como hace la mafia, dentro del avión privado que trasladó a la vicepresidenta del régimen dictatorial sobre la que pesa prohibición de ingreso a la Unión Europea.

Mientras Guaidó continúa apostando a una salida del narco-régimen a través de un proceso que culmine y conduzca a elecciones libres, justas y transparentes para Venezuela, abordando con coraje la necesidad urgente de un gobierno de transición para superar la crisis política-económica-social; del otro lado Maduro ataca de manera artera, inescrupulosa, a media noche, y con el rostro encapuchado allana oficinas, encarcela y persigue diputados, soborna otros indignos, provoca sentencias espurias de un TSJ usurpador e ilegítimo contra la Asamblea Nacional, inhabilita partidos políticos e intenta armar elecciones amañadas, con un CNE prefabricado, en su alocada carrera por apoderarse de todo resquicio de democracia que le sea hostil.

Un contraste más que evidente, de un lado de la historia un liderazgo joven luchando por y para su país, con aciertos y errores, alabanzas y críticas, forcejeando contracorriente, empeñado en retomar el fértil camino de la democracia y la libertad; del otro lado, el oscurantismo, el cinismo, la mentira, la corrupción, el germen del mal empeñado en cerrar los caminos que contra viento y marea se abrirán en Desde.

El presidente (e) Guaidó regresará a Venezuela en los próximos días con resultados prometedores, auspiciosos. Desde VenAmérica saludamos su retorno, su éxito y auspiciamos por los efectos de la misma, así como también exhortamos el régimen, a que, de la misma manera como lo hizo en marzo del 2019, respete su seguridad sin tratar de hacer maromas que podrían originar una salida brusca con graves consecuencias, y del mismo modo que invitamos a la sociedad civil organizada a exponer el contraste de dos visiones antagónicas de afrontar el porvenir de la patria, una mala y una buena por venir acompañando masivamente su recibimiento, conscientes de que comienza una nueva era, conscientes de que comienza el cambio en Venezuela y que el amor, la fe, el compromiso, la voluntad y la esperanza debe ser la bandera que nos guíe para darle una nueva oportunidad a la democracia en Venezuela.

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