sábado 22  de  marzo 2025
OPINIÓN

El costo oculto de la Inteligencia Artificial

Un análisis preciso para contar las cosas como son

Por Mookie Tenembaum

El panorama de la computación avanzada atraviesa un momento paradójico. Mientras que 2023 marcó un hito con el lanzamiento de GPT-4, el ritmo de innovación posterior no mantuvo las expectativas iniciales. La razón es que el desarrollo del poder computacional no siguió la trayectoria esperada. Esto obligó a la industria a centrarse en el perfeccionamiento de algoritmos y la mejora de la calidad de datos. Esto se refleja en casos como el de Tesla, que a pesar de su considerable inversión en hardware, tuvo que replantear sus estrategias de procesamiento para optimizar sus sistemas de conducción autónoma.

Sin embargo, el horizonte tecnológico promete cambios sustanciales. Los próximos sistemas superarán las capacidades actuales, aprovechando una potencia de procesamiento cien veces superior. Un ejemplo destacado es la próxima generación de Grok, que incorporará aproximadamente 100,000 unidades H100. Aunque los costos iniciales son considerables, se prevé una progresiva optimización tanto en gastos como en velocidad. Para contextualizar, un centro de datos equipado con esta capacidad podría procesar en segundos lo que anteriormente requería semanas, como el análisis completo del genoma humano o la simulación de modelos climáticos complejos.

Las proyecciones financieras son prometedoras. OpenAI, por ejemplo, alcanzará los $12 mil millones en ingresos durante 2025. Este crecimiento se sustentará en mejoras prácticas: mayor coherencia y capacidad para manejar textos más extensos. Los avances en algoritmos mantienen un ritmo constante, duplicando su eficiencia aproximadamente cada cinco meses. Empresas como Microsoft aprovechan estas mejoras en productos como GitHub Copilot, que aumenta la productividad de los desarrolladores en un 55% según estudios recientes.

Los cambios más notables se observarán en áreas específicas. En el campo de la programación, estas herramientas dominarán entornos controlados y competencias especializadas, aunque todavía no desarrollarán sistemas complejos de forma autónoma. Por ejemplo, mientras que ya pueden generar código funcional para aplicaciones web simples o automatizar pruebas unitarias, es un desafío el desarrollo de sistemas operativos o infraestructuras de seguridad críticas. El ámbito matemático verá mejoras en pruebas específicas, sin llegar aún a la investigación original. DeepMind demostró éxitos notables en la resolución de problemas matemáticos específicos, como la conjetura de Collatz, aunque la generación de nuevas teorías matemáticas sigue siendo dominio humano.

La automatización de tareas cotidianas, desde reservas hasta análisis financieros, ganará terreno. Imagine un asistente virtual que no solo reserve un restaurante, sino que considere sus preferencias dietéticas, el tráfico en tiempo real y hasta coordine con otros comensales, todo mientras mantiene una conversación natural. En el sector financiero, sistemas como los desarrollados por JPMorgan analizan contratos complejos y detectan anomalías en transacciones con una precisión superior al 90%. Sin embargo, persistirán limitaciones en áreas como la edición audiovisual o la toma de decisiones estratégicas complejas.

El caso de Grok ilustra las dinámicas actuales del sector. A pesar de su impresionante capacidad de procesamiento, su ventaja sobre competidores como Claude 3.5 Sonnet no es tan pronunciada como lo fueron las diferencias entre generaciones anteriores, evidenciando que xAI aún tiene camino por recorrer en eficiencia algorítmica. En pruebas prácticas, mientras Grok destaca en análisis de datos científicos, procesando conjuntos de datos astronómicos en minutos, Claude 3.5 Sonnet muestra mayor precisión en tareas de razonamiento lógico y comprensión contextual.

La inversión en el sector sigue patrones cíclicos, influida por múltiples factores: desde la evolución de los algoritmos hasta las limitaciones en infraestructura y disponibilidad de hardware. Por ejemplo, el centro de datos más reciente de Google en Texas, diseñado específicamente para IA, requirió una inversión de $600 millones y dos años de construcción. Los costos de centros de datos representan una inversión considerable, superando incluso los gastos directos de desarrollo. Meta (anteriormente Facebook) invierte anualmente más de $1,000 millones solo en enfriamiento para sus instalaciones de procesamiento de IA.

Para 2025, el impacto más significativo no provendrá de capacidades avanzadas, sino de mejoras en funciones cotidianas como planificación y adaptabilidad contextual. En el sector salud, por ejemplo, sistemas de IA incrementan la precisión diagnóstica en hospitales como la Clínica Mayo, reduciendo errores médicos en un 30%. En educación, plataformas adaptativas personalizan el aprendizaje: la Universidad de Arizona reporta un aumento del 15% en las tasas de retención estudiantil gracias a sistemas de tutoría impulsados por IA.

La verdadera revolución estará en integrar estas herramientas a diversos sectores productivos.

En agricultura, drones equipados con IA optimizan el uso de recursos, reduciendo el consumo de agua hasta en un 40% en cultivos extensivos. En manufactura, robots colaborativos guiados por IA trabajan junto a humanos en plantas de ensamblaje, aumentando la productividad en un 25% mientras mantienen los más altos estándares de seguridad.

El comercio minorista también experimenta una transformación significativa. Empresas como Zara utilizan IA para predecir tendencias de moda y optimizar inventarios, reduciendo el desperdicio en un 50%. Amazon Go revolucionó la experiencia de compra con tiendas sin cajeros, utilizando sistemas de visión computacional avanzada para rastrear las selecciones de los clientes con una precisión del 99.9%.

Incluso sectores tradicionalmente conservadores adoptan estas tecnologías. Firmas de abogados utilizan IA para revisar contratos y documentos legales, reduciendo el tiempo de revisión en un 70%. En el sector inmobiliario, algoritmos predictivos determinan el valor de propiedades con una precisión sin precedentes, considerando cientos de variables que antes pasaban desapercibidas.

La clave del éxito en esta nueva era tecnológica no residirá en reemplazar el trabajo humano, sino en potenciarlo. Las organizaciones que entiendan esta sinergia entre humanos y máquinas serán las que lideren sus respectivos sectores en los próximos años.

Mookie Tenembaum aborda temas de tecnología como este todas las semanas junto a Claudio Zuchovicki en su podcast La Inteligencia Artificial, Perspectivas Financieras, disponible en Spotify, Apple, YouTube y todas las plataformas.

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