Esta semana y en víspera del año nuevo, el presidente Nicolás Maduro me negó la amnistía que se había anunciado a mi favor. n nCon esto, no solo me afectan a mí, la verdadera afectada es la justicia venezolana, que está en manos de un gobierno opresor que toma las decisiones según le parece y sin basarse en la Ley. n n Como preso político me ha tocado vivir a mí y a mi familia, el manejo discrecionalmente los poderes del estado y en especial el Poder Judicial, al igual de lo han hecho históricamente los gobiernos totalitarios, disfrazan el delito común con el político, eres apresado y enjuiciado por un delito común pero no tienes ninguna posibilidad tener beneficio alguno, sin embargo e irónicamente Venezuela actualmente se ubica entre los países más violentos del mundo. n n Aquí muere una persona c 2 horas, y el 97% de los casos de homicidio no terminan en condena, de hecho muchos venezolanos han emigrado de nuestro país huyéndole a esa desatada violencia. Siempre lo he dicho: el odio no es buen consejero. n n El odio es adictivo, nunca se sacia. El odio no beneficia a nadie, y perjudica a todos. Todos debemos reflexionar. n nCualquiera puede odiar, pero sólo pueden amar aquellos que tienen el alma limpia.
No es sobre el odio que se construye un país. No es sobre el odio que se construye una sociedad. n nEl odio impedirá que salgamos adelante. A todos los que tienen en su mano el poder de seguir luchando y así democráticamente cambiar el futuro de nuestra nación les tengo una reflexión: a lo largo de esta injusta condena pienso cada día y es que cooperar, aunque sea pasivamente, con un sistema injusto hace al oprimido tan culpable como al opresor. n n No podemos ser cómplices de la barbarie de los abusos del irrespeto; la democracia se basa en un eficiente sistema de justicia y no en mediocre e ineficiente sistema militarista.