Durante muchos años, mi padre se dio a la tarea de inculcarme las palabras del presidente Reagan: “Si perdemos la libertad aquí, no hay lugar a donde escapar”. Para mí, la educación es libertad. Yo crecí conociendo lo afortunado que sería al recibir una educación de calidad en los Estados Unidos y no un adoctrinamiento como el que los niños reciben en Cuba, lugar donde mi padre nació y se crio. Para mí, como padre de familia y alcalde de Hialeah, brindarles a nuestros niños en el condado de Miami-Dade la mejor educación es una prioridad. Esto solo será posible si elegimos a líderes confiables para que nos representen en el sistema escolar del condado.
Nuestro condado es el cuarto sistema escolar más grande de la nación con 334.000 estudiantes, 50.000 estudiantes adultos y un presupuesto de operación de $7 mil millones de dólares anuales y ahora está en busca de un nuevo superintendente. En Hialeah tenemos decenas de escuelas públicas y miles de estudiantes. El papel del Superintendente es crucial en las experiencias educativas de nuestros hijos. La persona que ocupe este cargo no solo debe tener las calificaciones adecuadas, sino que también debe comprender que este trabajo no debe usarse como una vía o avenida para hacerse políticamente prominente. El Superintendente no debe promover una agenda política, ni alinearse con políticos u organizaciones que se esfuerzan por inculcar una ideología de izquierda en nuestros niños. Por el contrario, el Superintendente debe enfocarse en brindar excelencia en la educación. Es responsabilidad de la Junta Escolar contratar a una persona que entienda todo esto.
Desde el comienzo de la pandemia en el 2020, nuestros niños y jóvenes han atravesado momentos increíblemente difíciles adaptándose al aprendizaje virtual y al distanciamiento social, entre otras medidas de protección que han alterado para siempre su infancia y juventud. Ellos merecen un Superintendente que priorice su bienestar y les dé la oportunidad de tener una educación que enriquezca sus vidas. Nuestros hijos no necesitan ser expuestos a ideologías políticas fallidas de adoctrinamiento, como la teoría crítica de la raza o temas inapropiados para su edad. Una gran educación comienza por reconocer los límites necesarios entre lo que los maestros deben enseñar en la escuela y lo que los padres eligen enseñar a sus hijos en casa.
Al contratar al próximo Superintendente, se les debe otorgar a los padres, que después de todo son los contribuyentes, un proceso con transparencia e integridad. Nuestros hijos son el futuro. Nunca debemos olvidar que estamos criando a la próxima generación de patriotas para esta gran nación y para nuestra comunidad. Como alcalde de Hialeah, permaneceré alerta y vigilante durante este proceso de selección y exhorto a la Junta Escolar del condado Miami-Dade a llevar a cabo este proceso de una manera adecuada y eficaz; resguardando en sus mentes y corazones como prioridad el mejor interés para el futuro de la próxima generación.
Esteban Bovo, alcalde de Hialeah