martes 21  de  enero 2025

En el centenario de Octavio Paz

Octavio fue de los primeros intelectuales que no se unió al coro de los cantos de sirena entonados desde Cuba

El 31 de marzo se cumplió en centenario del gran poeta y ensayista mexicano Octavio Paz. En nuestro Continente americano Octavio ha sido una de las figuras más sólidas y significativas en la literatura, y también en la proyección de un intelectual en este espacio y este tiempo en que le tocó vivir. n

Luego, ha sido uno de los más notables cultivadores de nuestro idioma, al que enriqueció tanto en la prosa como en la poesía; pero también como persona, uno de los intelectuales que vivió no sólo ocupado en la obra literaria, sino, además, preocupado y activo por los problemas inmediatos de los hombres en sus relaciones de toda índole: sociales, políticos, culturales, históricos. n

En su juventud fue marxista en lo ideológico (yo agregaría u201cromántico u201d), como tantos intelectuales de aquellos años, que en sus en sus ensueños de reivindicaciones sociales se sintieron deslumbrados ideológicamente por la Revolución Soviética,y marcharon por los caminos del mundo a la sombra esperanzadora de sus banderas. Octavio, incluso, viajó a España, en 1937, en respaldo a los republicanos. n

Mas, al cabo, Octavio Paz despertó de aquel falso ensueño y, como cita el historiador mexicano Enrique Krauze, tras la lectura del Archipiélago Gulag de Soljenitsyn , Octavio dio un viraje definitivo; y escribió entonces: u201cAhora sabemos que el resplandor que a nosotros nos parecía una aurora, era el de una pira sangrienta u201d. Y criticó los fundamentos de la Revolución Rusa, y la china y la cubana. n

Fue valiente para tomar posiciones, a contrapelo de la llamada corriente revolucionaria, que se hizo moda irracional en muchos de los intelectuales y artistas. Pero también censuró los extremos del poder establecido u00b8 contra los movimientos populares, por lo que protestó por la represión efectuada en México en la Plaza de Tlatelolco. n

Octavio fue de los primeros intelectuales que no se unió al coro de los cantos de sirena entonados desde Cuba, por un gobierno que, embozado en el espejismo de la revolución, impuso en la Isla una tiranía feroz. Por eso dije que Octavio era como un pilar necesario para el equilibrio de las definiciones de esta etapa de la historia de Iberoamérica. n

Conocí a Octavio Paz en su casa de México. Allí, ya desde el exilio, fui a visitarle en agradecimiento, no exento de admiración, por su importante participación en las campañas internacionales que, por mi libertad se hicieron cuando estaba yo en la prisión política en Cuba. n

En la famosa revista Vuelta, que Octavio dirigía, en su No. 56, de julio 1981, en su artículo u201cUn poeta preso u201d, como ayuda a la citada campaña internacional, él escribió:

u201cEn 1980 el PEN Club de Suecia lo nombró miembro honorario y en marzo de 1981 Amnistía Internacional lo eligió como u201cel preso del mes u201d. Debe señalarse que los poemas de Cuadra escritos en el horror de la cárcel u2026no son u201cpoesía comprometida u201d u2026 n

Son poemas líricos que expresan una situación humana. Por esta actitud, Cuadra merece nuestro respeto y nuestra simpatía u201d.

Volví a tener contacto personal con Octavio Paz cuando vino a una presentación especial en la Feria Internacional del Libro de Miami. No olvido aquel abrazo afectuoso que me dio al encontrarnos. Tras su presentación y antes de su partida,un grupo de dieciocho poetas cubanos exiliados organizamos un u201cencuentro con Octavio Paz u201d en el Auditorio del Miami Dade Community College. Allí dijimos nuestros poemas, una manera de homenaje para aquel hombre notable que se puso públicamente de nuestra parte en el drama de Cuba. n

Al final era el turno de los poemas de Octavio que al acabar dijo con visible arrobamiento que aquel era u201cel acto más emotivo que había recibido en su vida u201d. Y finalizó con estas palabras: u201cMuchos de Uds. Los cubanos me agradecen el que yo haya defendido su causa. Quiero decirles que no tienen que agradecérmelo, porque eso lo siento como un deber u201d. n

Era yo el encargado por la Feria del Libro de regresarlo al hotel. En el camino, y antes de salir del edificio, refiriéndome a las frases suyas antes citadas, quité de la solapa de mi saco el pequeño botón con la Isla de Cuba, símbolo de nuestra Asociación de Exprisioneros Políticos Cubanos, y se lo entregué a Octavio. Entonces él, emocionado, dijo ante el pequeño grupo que nos acompañaba: u201cPero si no me lo merezco, porque yo no he sufrido como ustedes. Cuando puse el botón en su zolapa, vimos cómo sus ojos se llenaban de lágrimas, que su esposa con ternura secó con su pañuelo. n

Ese es el Octavio Paz que recuerdo, que en su breve ensayo u201cPoesía, mito, revolución u201d, expuso que u201cla defensa de la poesía, era inseparable de la defensa de la libertad u2026La libertad no es una filosofía y ni siquiera es una idea: es un movimiento de la conciencia u201d. n

Sea éste el fraterno y modesto homenaje que, en nombre de la comunidad cubana en el exilio, desde estas páginas del DIARIO LAS AMÉRICAS, queremos hacer en honor de Octavio Paz en su centenario.

¡Recibe las últimas noticias en tus propias manos!

Descarga LA APP

Deja tu comentario

Te puede interesar