miércoles 9  de  octubre 2024
España

España secuestrada

Contemplando con preocupación la deriva de estos gobernantes sin escrúpulos, España mira tímidamente a la comunidad internacional
Diario las Américas | ITXU DÍAZ
Por ITXU DÍAZ

Un tal Sánchez, alias Su Persona, con aspecto de vigilante de piscina en Sensación de vivir, y un tal Iglesias, alias Nosotros La Gente, con pinta de catequista de la teología de la liberación, nos mantienen secuestrados desde hace más de dos meses. Han descubierto que enclaustrados como cerdos somos más fáciles de manipular. Y han encontrado la excusa perfecta, aliándose con un virus, el etarra, a cuyo lado el coronavirus es el mejor amigo del hombre.

Iglesias luce perilla, mide 1,78 metros y acostumbra a vestirse chaquetas que parecen robadas, que solo eso explica por qué o no le cierran o caben seis como él dentro. Sánchez dice que es moreno, mide 1,9 y tiene 48 años, con lo que, conociendo su alergia a la verdad, podemos estar seguros de que es rubio, mide 1,2 metros y supera los 65 años. Entre ambos han instaurado un régimen comunista en España sin pasar por las urnas y aprovechando la excepcionalidad, esa que tantas veces dijo Iglesias que sería necesaria para que las políticas chavistas triunfaran en un país como el nuestro.

Al dúo de forajidos se ha unido ahora Ciudadanos, que es el partido mosca, cuando crees que ya sabes dónde está, echa a volar y aterriza donde menos te lo esperas. Ahora Arrimadas ha decidido tocar suelo en La Moncloa, y ha pactado con el presidente prorrogar el Estado de Alarma. Al fin, el secuestro oficial contará con el necesario voto etarra de Bildu, que el embustero líder socialista ha logrado concediéndoles la derogación de la reforma laboral con la que Rajoy logró salvar la economía de los españoles. Dicen ahora que Sánchez ha engañado a Arrimadas con el asunto de Bildu pero, a estas alturas, Su Persona solo engaña a quien está deseando dejarse engañar. Y el Gobierno ha decidido que, puestos a tener a los españoles secuestrados, es mejor contar con profesionales en la materia y sumar a Bildu a su coalición de lunáticos, totalitarios, psicópatas, megalómanos y algún que otro tonto útil, que a estas alturas de la fiesta es más bien tonto inútil.

Contemplando con preocupación la deriva de estos gobernantes sin escrúpulos, España mira tímidamente a la comunidad internacional buscando algún gesto. Europa, sin ir más lejos, tiene aquí su última oportunidad para demostrar si sirve para algo en 2020. Si permite que en España se consolide una dictadura comunista como la que de hecho estamos viviendo con la excusa de la crisis del coronavirus, habrá certificado su muerte por incomparecencia. Si la Unión Europea no sirve para equilibrar la balanza e impedir que en el corazón de la Unión se imponga un régimen chavista, la institución es tan útil como protegerse del coronavirus poniéndose la mascarilla en las pelotas.

Ninguno de nuestros socios internacionales está prestando atención a los atropellos que está llevando a cabo el dúo de carceleros españoles: batalla contra la libertad de expresión, prohibición del derecho de manifestación, acoso a los políticos de la oposición, y un constante y aberrante abuso de poder inédito hasta ahora en nuestra democracia. Lo de la Comunidad de Madrid: el motor económico de España permanece cerrado, sin permiso para cambiar de fases y aliviar las medidas de confinamiento para volver a producir, por una sola razón y no precisamente sanitaria; y es que los madrileños votaron mal, votaron a la derecha. Sánchez e Iglesias quieren hundir Madrid, porque necesitan garantizar que una región gobernada por la derecha no lidere la recuperación. Eso pondría en evidencia que las recetas económicas de los Castro que están aplicando a España solo garantizan la ruina.

Con todo, esto aún no es Cuba. Esto es España. Aquí a los enemigos de la libertad los despreciamos casi tanto como admiramos a nuestro Rey, buque insignia de nuestro Estado, que es de Derecho y no de Alarma. Y aquí a los comunistas les recordamos cada día que cien millones de muertos es una cifra lo bastante siniestra como para renunciar a esas ideas de barbarie y alejarlas para siempre de nuestros parlamentos, y sobre todo de nuestras familias, de nuestras propiedades y de nuestros bolsillos.

Hoy he recordado cómo empezó esta broma infinita cuando, hace unos cinco años, Sánchez le dijo al periodista de El Mundo Rodrigo Terrasa: “He vuelto a la política para liarla”. OK boomer. ¡Reto viral conseguido! Ahora, citando un célebre tuit de Su Persona en 2012: “a casa que ya es ahora”.

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