El gobierno de Venezuela ha cerrado la última ventana democrática. Al aplazar indefinidamente la segunda etapa del referendo revocatorio contra Nicolás Maduro está cortando la vía pacífica de lograr un cambio electoralmente y un consenso entre las diferentes fuerzas políticas.
La decisión del Consejo Nacional Electoral responde a una maniobra bien estudiada del régimen de Nicolás Maduro que busca eternizarse sin importar la voluntad popular. Si se llegara a hacer el revocatorio en 2017 y la mayoría de los venezolanos decidiera que Maduro debe cesar en el cargo, el poder quedará en manos del vicepresidente Aristóbulo Istúriz, lo que mantendría al partido gobernante en el poder.
La comunidad internacional, los amantes de la libertad y fundamentalmente, los venezolanos han sufrido un duro golpe. Un pueblo necesita confiar en sus instituciones pero si estas se encuentran secuestradas, las opciones pacíficas para alcanzar el cambio se reducen.
En Venezuela está en marcha un fraude a la voluntad popular, expresada en las millones de personas que desean revocar a Maduro y que estaban dispuestos a salir electoralmente de un gobierno, cuyas prácticas dictatoriales han quedado en evidencia.
Maduro y sus secuaces del gobierno tiraron por el piso los intentos de diferentes organismos internacionales para conciliar a un pueblo y también la credibilidad de la diplomacia. ¿Cómo verá la oposición la mediación internacional con un régimen que se aprovecha de la democracia para violarla a su antojo?
Sin dudas, se trata de un momento delicado e importante en la historia de Venezuela porque mientras mayores sean los obstáculos, más habrá que crecer para superar esas barreras. La oposición venezolano está ante un gran reto de actuar con contundencia y mediante una estrategia unitaria que permita canalizar en protestas pacíficas de calle esa fuerza mayoritaria que apoya la restitución de la democracia. En su lucha, la oposición no debe estar sola, el acompañamiento internacional es clave. Es hora de acciones concretas y de posiciones firmes de los países del hemisferio.
Es una nueva etapa en la que se imponen soluciones y no dejarse vencer por la desesperanza que es el objetivo del régimen venezolano: cansar a un pueblo y sus defensores.
El revocatorio debe continuar por más pretextos que busquen los chavistas. Es indispensable desenmascarar al régimen venezolano tanto dentro como fuera. La mejor respuesta a una maniobra que pretende esconder la verdad, es continuar denunciando la mentira. Se abra paso la voluntad popular.