Últimamente se habla mucho sobre la deuda estudiantil en las noticias. Según los más recientes estimados, más de 43 millones de prestadores acumulan una deuda de 1,3 billones de dólares, un estimado de más de 37,000 dólares por persona. Este tipo de deuda es distinta a otras deudas; no puede ser refinanciada y no desaparece con una bancarrota. Al contrario de lo que muchos creen, tampoco es perdonada luego de una determinada cantidad de tiempo. Esta deuda persigue a los estudiantes para siempre, una sombra financiera que se cierne sobre cualquier decisión financiera en el futuro, desde comprar una casa hasta el guacamole con tu burrito. Este tipo de deuda inescapable es un peso en nuestra economía de consumo, alterando continuamente los hábitos y decisiones de toda una generación de estadounidenses.
Mi historial de deudas estudiantiles comenzó con la escuela de leyes. Fui a la Universidad de la Florida Central para obtener mi bachillerato. Gracias a un poco de ayuda de mi familia, al programa de becas Florida Bright Futures y a un trabajo de tiempo completo durante mis estudios, pude graduarme sin deudas estudiantiles. Para mi título de postgrado no tuve las mismas oportunidades. Termine mis tres años de escuela de leyes con una deuda de aproximadamente 150,000 dólares.
Esta suma es un monto usual para un título de postgrado. Conscientemente tomé este dinero para cubrir los costos de mi educación, esperando poder pagarlo durante las siguientes décadas de mi vida, asi como muchos otros han hecho antes que yo. Sin embargo, he estado pagando más de 300 dólares al mes desde que me gradué, un total casi de 15,000 dólares, y con todo y eso mi deuda se ha incrementado a casi 190,000 dólares. ¿Cómo es posible que mi préstamo estudiantil federal ha cobrado 15,000 dólares en pagos, mientras que mi deuda ha crecido por 40,000 dólares y continúa creciendo? ¿Como puede ser que deba más ahora que cuando me gradué?
La respuesta está en las tasas de interés, las que se encuentran entre 6.8% y 7.9%. Yo tomé un préstamo federal, garantizado por el Gobierno a través de Navient, el anterior Sallie Mae. Mis pagos mensuales, basados en mis ingresos, no cubren mis intereses. Para cubrir los pago mensuales de mi creciente interés combinado, sin tocar mi deuda principal, tendría que ganar más del doble del monto de ingreso que fijó mi cuota actual, y con ello, aún tendría una deuda de 150,000 dólares allí sentada, sin ser pagada. Yo soy uno de las decenas de millones en esta situación surreal.
La solución real es asegurarse que ningún estudiante entre a estudiar a merced de un banco. Más estudiantes deben tener la opción de ir a la universidad sin tener que tomar ningún préstamo.
Mientras Donald Trump se llama a sí mismo el “Rey de la Deuda”, Hillary Clinton entiende que la deuda frena a muchos de nosotros. Con el plan de Hillary Clinton todos los estudiantes, sin importar sus ingresos, recibirán apoyo para obtener una educación superior libre de deudas. Ella ayudará a mover a nuestro país hacia un futuro en el que nadie tenga que pedir un préstamo para ir a la universidad. Bajo su plan, 175,000 estudiantes de Florida no pagarán matrícula por un programa de cuatro años. El plan de Clinton permite que las familias con ingresos de hasta 125,000 dolares, queden libres del pago de matrícula en universidades públicas del estado. Esto representa un 89 por ciento de las familias en el estado.
Hillary entiende que todos deberíamos tener la oportunidad de adquirir una educación superior. Ella ha propuesto un plan que con el tiempo permitirá que nuestros estudiantes se conviertan en partícipes de nuestra economía, sin el cargo de deudas sobre sus hombros. Tenemos una decisión que tomar este noviembre, escojamos a alguien que tenga el mejor interés para todos los estadounidenses.
