Es la segunda vez en poco más de un mes que el estado de la Florida se ve sacudido por una tragedia de enormes dimensiones.
Es la segunda vez en poco más de un mes que el estado de la Florida se ve sacudido por una tragedia de enormes dimensiones.
Todavía los residentes de esta parte de los Estados Unidos no se reponían del impacto que causó el acto de barbarie cometido por un chico de 19 años que abrió fuego de manera indiscriminada contra sus antiguos compañeros de estudio, hecho que sigue latente en el sentir de todos, cuando en una tarde calurosa en Miami-Dade se vino al suelo un viaducto peatonal, cegando la vida de varias personas.
A partir del segundo suceso, las especulaciones no se han hecho esperar. Algunos expertos y otros sin un conocimiento profundo en torno al tema se han aventurado a expresar sus opiniones, poniendo en entredicho a las compañías privadas y autoridades gubernamentales asociadas a la construcción del puente. De todo se ha dicho, pero todavía, a veinticuatro horas de ese penoso incidente, no había nada claro.
Lo único cierto alrededor de este evento, que de nuevo viste de luto a distintas familias de la Florida, es que la estructura de 950 toneladas de peso cedió a pocos días de su anunciada inauguración, y que al menos seis personas perdieron la vida en un momento tan duro como inesperado. Pero hasta que no se conozca el resultado oficial de las investigaciones de rigor lo que se diga cae en el terreno amplio y frondoso de la conjetura y la suposición.
Sin embargo, los floridanos que piden justicia por la muerte de 17 personas en Marjory Stoneman Douglas High School, en Parkland, también claman por el esclarecimiento de los hechos que rodearon el desplome de ese puente que se construía, ¡vaya paradoja!, con el propósito de brindarles seguridad a los estudiantes que cruzan la transitada Calle Ocho, en el suroeste del condado Miami-Dade, con destino a la Universidad Internacional de la Florida y, en sentido contrario, hacia la ciudad de Sweetwater.
Acogiendo las palabras de una comunidad triste e inconforme, los motivos del colapso de este viaducto deben quedar plenamente determinados y que, por supuesto, los responsables del dolor de los familiares de las víctimas fatales reciban las sanciones ejemplares a que haya lugar.