Han transcurrido 15 años desde que Estados Unidos sufriera uno de los peores ataques de su historia. El atentado terrorista contra el World Trade Center, el Pentágono y el avión del vuelo 93 de United Airlines, en los que murieron 2.996 personas y más de 6.000 resultaron heridos, dejó una profunda marca en el pueblo estadounidense e internacional, que entre lágrimas y dolor, recordarán este domingo el día en que le cambió la vida a millones de personas.
Con un acto solemne, que iniciará con un minuto de silencio a las 8:46 a.m., hora en que se estrelló la primera aeronave contra una de las Torres Gemelas, familiares y amigos de las víctimas asistirán al National September 11 Memorial & Museum, en Nueva York, para honrar la memoria de las víctimas, entre quienes había personas de innumerables nacionalidades y credos.
La tragedia quedó grabada en la memoria colectiva de la humanidad.
Ese día un alto número de miembros de los servicios de emergencia y agentes de la Policía perdieron la vida, durante los esfuerzos iniciales por asistir a las víctimas atrapadas en el infierno en que se convirtieron las torres tras los impactos de los aviones.
La respuesta al brutal atentado terrorista no se hizo esperar, bajo el símbolo de la unidad que caracteriza a Estados Unidos cuando es atacado.
Nadie ni nada, ideario o fuerza militar, podrán socavar, muchos menos destruir, el espíritu estadounidense y democrático que caracteriza a nuestra gran nación.
Desde la redacción de DIARIO LAS AMÉRICAS, apostamos por la paz y extendemos unas sinceras palabras que tratan de reconfortar el vacío que dejó en muchos hogares este fatídico atentado, un sublime abrazo para esos hijos que nunca más podrán llamar o ver a sus padres, y a las familias que no tendrán la dicha de volver a celebrar unidas.