La decisión de Maduro de ascenderlos resulta tan ilegítima e inconstitucional como quien la dicta
Al boleo, quizás sorprendido npor la inesperada nintervención de Ramón nRodríguez Chacín en nun acto retransmitido npor radio y tv, donde el nocupante de Miraflores nrecibe el saludo de Navidad nque le presentan los ndistintos comandantes de nlas Regiones Militares de nDefensa Integral (REDI), néste anuncia la reincorporación na la Fuerza Armada ndel citado oficial nretirado, quien es gobernador ndel estado Guárico. nA la vez lo asciende a contralmirante ny lo mismo nhace con el gobernador ndel Estado Zulia, el ahora ncoronel Francisco Arias nCárdenas, y con Diosdado nCabello, presidente nde la Asamblea Nacional, nquien vuelve a su condición nde oficial subalterno nascendido al rango de nCapitán. n
De modo que, a menos nde que se trate de una npesadez en vísperas del nDía de los Inocentes, la ndecisión presidencial de nmarras, que corre de inmediato npor las redes y nllega a las redacciones de nlos periódicos, resulta tan nilegítima e inconstitucional ncomo quien la dicta, nNicolás Maduro. n
Así, no más, mostrándole nal país que nuestros nverdaderos gobernantes nson quienes ocupan los ncomandos de las distintas nREDI, bajo las cuales nse despliegan de modo ncelular hasta cubrir la totalidad nde nuestra geografía nlas llamadas Zonas de nDefensa Integral (ZODI), ncon jurisdicción dentro de ncada Estado de la República, ny así mismo, como npartes de éstas las ARI o nÁreas de Defensa Integral, nsucesivamente Maduro ncastra o acaso destituye, en nla práctica, a las autoridades nciviles mencionadas. n
Lo primero, la activación na nivel nacional de las nZODI, que podría resultar nirrelevante si se trata de la nmera puesta en funcionamiento nde una novedosa nforma de organización ninterna de la milicia, no nlo es en la medida en que ncada ZODI es la prolongación n-hacia abajo- de nunas Regiones Militares ncuya competencia se extiende ndesde la planificación nhasta la conducción y nejecución de operaciones nde defensa integral entendidas ncomo cualquier nactividad orientada a"garantizar nla independencia, nla soberanía, la seguridad, nla integridad del espacio ngeográfico y el desarrollo nnacional". En pocas palabras, néstas se sobreponen na los gobiernos de dos o nmás Estados y a la par las nZonas integrantes de cada nregión se solapan con los nPoderes Ejecutivos de cada nEstado, provocando sus nvaciamientos. n
Cede en Venezuela, por nende, el poder civil y toma nsus espacios el poder militar. nY Maduro, lo hemos nantes, es su mascarón de nproa, así vista de paisano. nLo segundo, a saber, la nvuelta a la actividad militar nde las autoridades nregionales y parlamentaria nmencionadas, más que representar nun crimen contra nel orden constitucional nes una estupidez; a menos nque, por mampuesto, Maduro, nasí como se burla de nnosotros, los venezolanos, ndestituye sin fórmula de njuicio a Rodríguez, Arias ny Cabello. El artículo 330 nconstitucional es preciso nal disponer que"los no las integrantes de la nFuerza Armada Nacional nen situación de actividad n-la que readquieren los nexgolpistas ahora representantes nde la soberanía npopular- tienen derecho nal sufragio u2026" sin que les nesté permitido"optar a -y nde suyo ejercer- cargo de nelección popular". n
Se trata de dos pasos que nda el ilegítimo gobernante ny revelan su debilidad. nAl ampliar la ocupación nmilitar de todo territorio ny no sólo de las áreas npropiamente castrenses, ndesplaza el mando real de nla República a manos del nComandante Estratégico nOperacional de la Fuerza nArmada. Y al devolver a nla actividad militar -para nascenderlos- tanto a Arias ncomo a Rodríguez, gobernadores nelectos por el npueblo, como a Cabello, ndiputado y cabeza de un nparlamento civil que representa na la soberanía popular, nlos subordina y les nenajena el mandato y la representación nconstitucional nque les han confiado nlos venezolanos mediante nel voto. n
La confesión del Maduro nen el acto donde cristalizan nsus últimos desaguisados ny torpezas, no puede nser más reveladora y el nanuncio del negro porvenir nque nos espera a los venezolanos na partir de 2014: n"Venezuela primero fue nEjército y luego República", nha dicho. Según él, los nciudadanos de hoy todo lo ndebemos a las armas y de nellas dependerán los espacios nde libertad que se nos notorguen en lo adelante, ncomo privilegios, por parte nde los gendarmes quienes nlas detentan. Ocurre una nvuelta forzada a los tiempos ndel poder arbitrario nde los hermanos Monagas, nmilitares orientales como nCabello, quienes caminan nen línea contraria a la que nfija nuestro primer presidente na partir de 1830, el ngeneral José Antonio Páez, nempeñado en"someter na sus propios conmilitones ny acostumbrarlos a un norden civil", según nos lo nrecuerda Mariano Picón nSalas.
* El autor ejerció como juez de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.