lunes 22  de  abril 2024
OPINIÓN

¿Noelia en Miami?

De las canciones de Nino Bravo "Noelia" me impacta. Puede que por ese derroche vocal que realiza en el epílogo de la obra
Diario las Américas | EDUARDO MORA BASART
Por EDUARDO MORA BASART

Desde niño me impresionó como cantaba Nino Bravo. Él marcó un antes y un después en la historia de la música. Poseía una voz casi perfecta, con una calidez que envuelve en cada interpretación; dotada de una tesitura de tenor que le hubiese granjeado el éxito en el mundo de la ópera.

Aunque los festivales le fueron esquivos - Julio Iglesias con Gwendolyne echó a un lado su sueño de representar a España en Eurovisión (1970) y Karina con “En un mundo nuevo” - la irrupción en el universo musical de “Es el viento” y “Como todo” avizoró el momento del triunfo, al que fue catapultado por “Te quiero, te quiero”, deviniendo un ídolo eterno reclamado por el propio Dios a su lado el 16 de abril de 1973.

Fue valenciano hasta los tuétanos. Una condición que me une a él con una mística que no logro desentrañar; pues me es cercano todo lo que proviene de esa zona en la península ibérica. Disfruto sobremanera las Fallas de Valencia, la fiesta más internacional de la zona, una paella “com Deu mana”, y hasta ha llegado a interponerse en mi camino -quizás a la inversa- la universidad de Valencia, a la que vuelvo, inevitablemente, una y otra vez.

De las canciones de Nino Bravo “Noelia” me impacta. Puede que por ese derroche vocal que realiza en el epílogo de la obra o por la historia que subyace alrededor de ella: el amor imposible de su compositor Augusto Algueró.

“Noelia” fue su gran éxito de 1972; convertido en realidad desde su grabación en el estudio madrileño de la calle Magallanes y que, a la postre, siempre me conectaba con una cantante española coterránea de Nino Bravo, que descubrí un día a través de una canción icónica para muchos de los niños latinos de los años de 1970: “La niña de la mochila azul”. Es parte de la banda sonora de una película homónima que fue el debut cinematográfico del mexicano Pedrito Fernández.

El nombre de la intérprete era el mismo de la canción de Nino Bravo y, vaya coincidencia, valenciana igual que él. Noelia llegó a mí desde aquel tema, y cuando en mis años en la radio ponía su música y me preguntaban por ella, respondía evocando a Algueró: “Sólo sé que se llama Noelia”.

La Noelia de Valencia era Noelia Zanón. Una mujer que impactó al mundo de la música al sentar cátedra en España, Argentina, México, Francia, y EE. UU. Llegando a niveles tales que, el propio equipo de comunicación de Barack Obama, la eligió voz latina en una de las campañas del expresidente.

Pero quizás pocos recuerden aquel día de octubre de 1996 cuando se casaba Enrique Ponce, uno de los toreros españoles más importantes de finales del pasado siglo y el actual. La entonces musa de Valencia, Noelia, fue elegida para cantar el pasodoble que engalanó la boda del matador.

Un soñado encuentro con Noelia Zanón se hará realidad cuando la cantante española se presente el viernes 22 de octubre en Alfaro´s o el 24 de octubre en el Real Café aquí en Miami. Presentando el propio viernes su doble álbum “Joyas” en todas las plataformas digitales. Es inolvidable la interpretación del tema “Quédate en mi corazón” o “Qué voy a hacer sin ti” del disco “Rosa del Viento” (2007).

Será para mí un encuentro con el recuerdo y la mujer que decidió establecer su base musical en México y que, desde su giro musical hacia la balada pop, fue parangonada con Cristian Castro, Rocío Jurado, Ana Gabriel, Alejando y Pedro Fernández.

El tiempo siempre queda atrás, pero los recuerdos perduran. Ella, como una de sus canciones, vive en nuestro corazón dando muestras de un profundo amor. Por eso, al conocer la noticia de su presentación, sólo atiné a ripostar: ¿Noelia en Miami?

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