miércoles 15  de  enero 2025
EDITORIAL

Otro zarpazo a la democracia

Diario las Américas | EDITORIAL DIARIO LAS AMÉRICAS
Por EDITORIAL DIARIO LAS AMÉRICAS

Es difícil digerir que la ratificación de la condena en contra del opositor Leopoldo López esté apegada a las leyes y los principios de una justicia realmente imparcial en Venezuela, como lo ha querido mostrar el Gobierno.

Con esa decisión la comunidad internacional tiene ante sí la mejor muestra de arbitrariedad y abuso a ultranza en contra de una persona cuyo único propósito, loable por demás, es servir de vocero del descontento de un país que no aguanta un instante más los desafueros de un sistema de cosas disparatadas, llamado chavismo, que tanto mal le ha hecho a los venezolanos.

Este nuevo entuerto de la justicia nadie lo traga entero. Un tribunal de apelaciones resolvió un recurso presentado por el líder del partido Voluntad Popular contra la condena a 13 años y nueve meses de prisión dictada como supuesto incitador a la violencia durante las protestas ocurridas en 2014 que buscaban la renuncia del presidente Nicolás Maduro.

Es evidente que el fallo tiene un tinte político, direccionado desde el Palacio de Miraflores, porque Maduro no le perdona a López todo el revuelo armado alrededor del sentir general de un pueblo hastiado, que pide a gritos su destitución por cualquier vía.

A López el Gobierno le ha querido cobrar la muerte de 43 personas, durante unas protestas a lo largo y ancho de la nación, más como una trampa para meterlo en cintura y cortarle las alas que en razón de la peligrosidad que pueda representar a la comunidad el preclaro dirigente. López sí es peligroso pero exclusivamente para los escabrosos intereses del Gobierno.

Según la justicia controlada por esbirros del chavismo, López actuó como autor intelectual de esas muertes. En realidad López promovió una protesta pacífica en el marco de la Constitución y lo condenaron sin pruebas simplemente por ser un factor de disidencia. Esa es una verdad que no admite maquillajes.

Después de este nuevo exabrupto del sistema jurídico venezolano, todavía queda una instancia judicial: el Tribunal Supremo de Justicia. Pero sabemos que la comunidad no puede depositar grandes esperanzas en la conciencia de los personeros del régimen que ostentan cargos de decisión en ese organismo permeado hasta los tuétanos por el chavismo.

Sin embargo, este nuevo zarpazo a la democracia no puede desalentar las voces que se oyen con más fuerza en torno a la posibilidad de que Venezuela regrese al camino de la institucionalidad de la mano de la oposición.

El oficialismo pretende perpetuarse sin talanqueras en su camino. Eso es Leopoldo López para el chavismo: una carga pesada, pero pronto amanecerá y cambiaremos.

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