miércoles 18  de  septiembre 2024

Reforma con poca salud

No ha sido una buena semana para el presidente Barack Obama. nRespondiendo a presiones de su propio partido, el mandatario se vio obligado respirar profundo, sacar un poco el pie del acelerador de su cuestionada reforma de salud y permitir que las aseguradoras sigan ofreciendo planes que, de otra manera, hubieran tenido que cancelar para darle a los clientes una cobertura. Eso fue sólo el jueves.
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Pero el viernes la tormenta arreció sobre la Casa Blanca. nEl Presidente asistió a una verdadera rebelión dentro de las filas demócratas: 39 miembros de su partido cruzaron filas y se unieron a la bancada republicana para apoyar una legislación nacida en el seno del GOP, que brindará a las aseguradoras la opción de extender esos planes a lo largo del 2014, sin tener que cancelarlos para cumplir con los requerimientos de la reforma sanitaria.

La propuesta aprobada también le permite a los nuevos enrolados sumarse a esos planes. nSin dudas, no ha sido una buena semana para el presidente Obama.

Pero, en cualquier caso, hasta ahora el gran perdedor es el pueblo norteamericano y, sobre todo, los 48 millones de personas que no tienen seguro médico en el país más rico y poderoso del mundo. n

El hecho, irrefutable, no importa de que lado del espectro político se venga, es que la batalla sobre la reforma de salud se ha convertido en una compleja danza de intereses políticos (con algo de lamentable espectáculo circense) donde cada vez es más difícil percibir lo que se supone que sea el objetivo primordial del Congreso: legislar en beneficio de todo un país.

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