*Neuro J. Villalobos Rincón
*Neuro J. Villalobos Rincón
Todas las revoluciones son terribles. Ellas, según Ángel B. Viso, no sólo pretenden justificarse mediante la razón, sino fundarse en la ilusión de un precedente remoto, difícil de distinguir de la utopía. Los acontecimientos que en forma sucesiva vienen ocurriendo en el país mantienen en sobresalto permanente y en incertidumbre total sobre su vida al ciudadano venezolano. Es motivo de preocupación extrema el acelerado proceso de destrucción moral y material de la República y muy alarmante la sordera y el desdén de los chavistas y sus seguidores, más aún los altos funcionarios del régimen que se han negado a oír el clamor del pueblo venezolano.
Los fanáticos de la “Hugolatría” que aspiran a hacer un reconocimiento inmerecido, propiciado y auspiciado por lamebotas de oficio y estimulado por egos desmedidos al causante de toda nuestra tragedia, ignoran que su tiempo cíclico terminó; que sus desvaríos totalitarios, militaristas e ideológicos, se trocó, y en su lugar pululan delincuentes de baja ralea a quienes no importa la desintegración de nuestra sociedad, la traición a la Patria y la pérdida de nuestra soberanía y libertad. Los grandes desintegradores han convertido el conflicto en guerra contra el propio pueblo y el diálogo en ofensa y burla, tanto entre nosotros, como entre las naciones del mundo democrático.
La máxima aspiración de todo ser humano es vivir bien y una de esas manifestaciones es vivir en libertad. Hemos permitido un proceso de regresión cultural en donde el gobierno ha sido el principal agresor del Estado y el mayor destructor de la Nación. La concentración de poderes, el uso indebido de sus funciones, la malversación de los grandes recursos y la corrupción generalizada, les ha posibilitado lo que les venga en gana sin el más mínimo respeto por el ciudadano y sus derechos.
Es necesario asumir un espíritu de unidad y de sacrificio que nos permita dispersar el clima de mediocridad que como espesa nube se ha aposentado sobre el país. Unirnos nuevamente en pos de un ideal, esa partícula de ensueño que te sobrepone a lo real y te hace rebelde frente a la mediocridad. Debemos robustecernos moralmente porque vivir es aprender para ignorar menos y actuar más. Afortunadamente la dirigencia política venezolana al interior del país, con algunas excepciones, ha entendido que la unidad es vital para derrotar la demoníaca asociación de delincuentes en el poder.
También en el exterior la comunidad venezolana viene dando pasos para sumarse a la lucha con acciones concretas, como es el caso de Venamérica, asociación civil sin fines de lucro, registrada en el Estado de Florida, U.S.A., comprometida con la defensa de la democracia y de los derechos humanos, sin filiación partidista alguna, que sigue una estrategia internacional de participación dentro de los principios de la O.N.U. Su visión es lograr la recuperación de la democracia en Venezuela, la reconstrucción del país y la unión de los venezolanos en el exterior. Te invito a participar por la página www.venamerica.org . En mis reflexiones no deja de ser acuciante la idea de cómo rescatar el futuro construido sobre este infausto presente para las próximas generaciones.
*[email protected]
Comité Político VenAmerica