El poder es el más necesario de los elementos exigidos para el progreso humano, pero, a la vez, del que más se desconfía. Bennis y Nanus.
No tienen que dar sus nombres en este momento y así evitar los atropellos, persecuciones, arbitrariedades y maniobras indeseadas del régimen, pero sí se puede anunciar su conformación una vez que se tenga
El poder es el más necesario de los elementos exigidos para el progreso humano, pero, a la vez, del que más se desconfía. Bennis y Nanus.
La crisis de los partidos políticos venezolanos una vez lograda la democracia en aquella lejana madrugada del año 1958, que venía aflorando desde la década de los años 80 del siglo pasado como consecuencia de un liderazgo que se pervirtió por las ambiciones de poder y la corrupción, dio lugar al advenimiento de un gobierno tumultuario, engañoso y peor que los anteriores a finales de los años 90.
Esa situación permitió a un personaje populachero, audaz y resentido, junto a un grupo de advenedizos y aprovechadores, hacerse de los poderes e instituciones del Estado para su usufructo personal, así como para propiciar alianzas internacionales con otros personajes inescrupulosos, buscando imponer un viejo modelo fracasado presentándolo con un nuevo y estrecho ropaje denominado “Socialismo del siglo XXI”.
Su característica esencial ha sido el engaño colectivo, la mentira patológica, la demostración más irreflexiva de incondicionalidad hasta llegar a la aceptación de un pensamiento único encarnado por su caudillo.
Hoy con todas las dificultades y desencuentros que es posible pensar, en un error cometido por el régimen dictatorial que atosiga a Venezuela y aprovechado por la oposición democrática, el Dr. Edmundo González Urrutia logró imponer su candidatura presidencial en las elecciones convocadas para tal fin el 28 de julio pasado.
Esa victoria ha hecho resurgir una lenta pero esperanzadora recuperación de los partidos políticos para enfrentar con más fuerza la lucha por el rescate de los resultados obtenidos por la oposición democrática en ese histórico evento. Se siguen cometiendo viejos errores, es cierto, pero también se están asumiendo nuevas exigencias de la sociedad civil, aun cuando todavía se les mira con recelo. La prueba fundamental es la convicción política de que la unidad es el instrumento eficaz que no sólo permitirá el fortalecimiento de la democracia como sistema y como forma de gobierno, sino el de sus propias organizaciones. En otras palabras, se ha comprendido que la unidad es un camino, no una meta.
Lo que se quiere hacer aparecer como un problema de la alternativa democrática, no es tal, todo lo contrario, es una verdadera fortaleza que hayan surgido una gran cantidad de nuevos líderes sociales, comunitarios y políticos, que junto a los líderes curtidos por su experiencia en el diario trajinar del ejercicio democrático, forman una cantera de la cual, el Dr., Edmundo González Urrutia, la lideresa María Corina Machado y los líderes de los partidos políticos pueden ponerse de acuerdo para elegir a los candidatos a conformar un nuevo gabinete ejecutivo sin más dilaciones.
No tienen que dar sus nombres en este momento y así evitar los atropellos, persecuciones, arbitrariedades y maniobras indeseadas del régimen, pero sí se puede anunciar su conformación una vez que se tenga, como una demostración de unidad, confianza y fuerza para reconstruir el país y afrontar las locuras que puedan presentarse el día 10 de enero del próximo año 2025 y siguientes.
Recordemos que la verdadera tragedia está del lado del autoritarismo encarnado en la dictadura encabezada por Maduro, ya que no cuentan con otro candil que los alumbre y el apoyo del pueblo venezolano merma como el queso fresco. Es la herencia propia de los regímenes comunistas con su carga de mesianismo, delirios de grandeza y exagerado culto a la personalidad. Es el producto de un liderazgo que en vez de formar, deforma; típico de los líderes que en lugar de solicitar que los acompañen piden que los sigan. www.venamerica.org.
Neuro Villalobos*
* Director de VenAmérica