La reciente incautación por Irán de barcos y marineros estadounidenses es motivo de preocupación para nuestra nación. Se cree que Teherán puede haber violado la Convención de Ginebra pero, independientemente de si lo hicieron o no, el tratamiento de Irán para nuestros marineros fue inhumano y vergonzoso. Aunque estamos muy agradecidos por su regreso seguro, el descaro con el que los iraníes actuaron subraya que el régimen claramente cree que puede seguir aumentando sus provocaciones sin repercusiones. Sin diferencia de nuestras interacciones con los Castro de Cuba o Maduro de Venezuela, la Casa Blanca decidió mostrar una postura débil en vez de una fuerte.
La Administración Barack Obama ha dado a Irán una herramienta principal de propaganda: Kerry agradeció a Irán por devolver a los marineros como si Irán nos estuviera haciendo un favor, una actitud como la de agradecerle a un bravucón por robarle su dinero del almuerzo. Irán está utilizando fotos y videos de los marineros como propaganda para humillar a Estados Unidos. El jefe de las fuerzas armadas iraníes lo llamó una "lección al Congreso", probablemente porque muchos en nuestro Congreso nos oponemos al débil y peligroso acuerdo nuclear con Teherán.
Obama ignora el disparo de cohetes encalados cerca de un portaaviones de Estados Unidos en diciembre y mira para otro lado cuando Irán amplía su campaña de terror en todo el mundo, evitando decir que, por lo menos, es preocupante. Una vez que Irán obtiene el alivio deseado de las sanciones, tendrá más dinero para alcanzar sus objetivos, incluyendo la financiación de Hezbollah, para amenazar a nuestro aliado Israel, apuntalar el régimen de Bashar Al-Assad en Siria y continuar desestabilizando la región.
Por desgracia, esta no es la primera vez que la reacción de la Administración es de apaciguamiento. Como hemos visto con la voluntad de Obama dando concesiones injustificadas a la Cuba de los Castro y falto de decisión para sancionar a funcionarios del régimen de Nicolás Maduro, adoptar una postura contra las tiranías no es prioridad para esta Casa Blanca. Hezbollah y otros grupos terroristas continúan sus esfuerzos para fortalecer su presencia en América Latina, con el régimen de Venezuela haciéndose el ciego ante estas nefastas actividades.
Pronto, nuestro Congreso votará de nuevo en la recientemente aprobada ley Iran Terror Finance Transparency Act que impedirá a la Administración levantar ciertas sanciones y evitará penalidades de alivio. También necesitamos una política Senior Advisor for Sanctions Policy que ayude a coordinar y aunar los esfuerzos del Congreso, por lo que rápidamente podamos responder, garantizar que las sanciones se están aplicando y responsabilizar a la Administración de Obama y al régimen iraní. Sólo mediante un amplio régimen de ejecución de sanciones y seguimiento de Teherán podremos asegurarnos contra cualquier tipo de conducta irresponsable en la región.
