lunes 10  de  febrero 2025
DE PELÍCULA

Pudo ser dos James Bond y no llega a medio Dick Tracy

En más de un sentido, pero sobre todo en ese, "The Man From U.N.C.L.E." es una película apreciable.  Desde el punto de vista de la acción, la historia está llena de momentos apasionantes, como el escape de la fábrica donde ambos agentes buscan el laboratorio que oculta el combustible nuclear

Por JOSÉ ANTONIO ÉVORA

JOSÉ ANTONIO ÉVORA 

Hace 48 años que dejó de salir al aire en NBC la serie The Man From U.N.C.L.E (El hombre de U.N.C.L.E.), en la cual se inspira la película homónima ahora disponible en DVD con subtítulos en español.  Su director, Guy Ritchie, nacido precisamente en 1968, unos meses después del último capítulo de la serie, probablemente entró en contacto con The Man From U.N.C.L.E. cuando trabajaba en sus películas de Sherlock Holmes, protagonizadas por Robert Downey Jr., y Jude Law.  Quienes recuerden a Ritchie por esos dos filmes –sin contar, detesto decirlo, por haber sido el esposo de Madonna—, deben empezar desde ya a bajar las expectativas.

El exladrón profesional devenido superagente de la CIA Napoleon Solo (Henry Cavill) llega a Berlín Oriental en 1963 con la misión de sacar de allí a Gaby Teller (Alicia Vikander), hija de un científico alemán que colaboró con los nazis y ahora trabaja para una pareja de millonarios italianos que se han empeñado en fabricar su propia bomba atómica.  En la fuga, el agente y la muchacha deben quitarse de encima al agente de la KGB Ilia Kuryakin (Armie Hammer).  La gravedad del asunto es tal que, por primera vez, la CIA y la KGB están dispuestas a forjar una alianza para que un arma nuclear no caiga en manos de gente dispuesta a usarla contra EEUU y Rusia.  Por eso el espía norteamericano y la muchacha volverán a vérselas con el ruso que los persiguió en Berlín Oriental.  Entonces, por órdenes de Washington y Moscú, en vez de enemigos, serán cómplices.

Ritchie es sin dudas un cineasta ingenioso, capaz como pocos de poner la gráfica en función del relato cinematográfico. En más de un sentido, pero sobre todo en ese, The Man From U.N.C.L.E. es una película apreciable.  Desde el punto de vista de la acción, la historia está llena de momentos apasionantes, como el escape de la fábrica donde ambos agentes buscan el laboratorio que oculta el combustible nuclear.  Sobran los momentos para que Cavill y Hammer se luzcan en sus personajes de superagentes, más allá de la pericia con armas y con las artes marciales, porque Ritchie juega más a la parodia que al thriller.  Al final, sin embargo, es como si hubiéramos podido ver juntos a dos James Bond, pero por falta de carisma no llegan ni a la mitad de un Dick Tracy.

Citados desde el primer párrafo, los nombres de Robert Downey Jr., y Jude Law vienen a cuento porque, así como ellos dan brillo en sus personajes de Holmes y Watson a los anteriores largometrajes de Ritchie, Cavill y Hammer echan por tierra el potencial esplendor de The Man From U.N.C.L.E.  Pocas veces he visto una película imaginándomela mejor con otros actores en lugar de sus protagonistas, como me pasó con esta, desde el principio.  Uno se pregunta cuándo la acción cambiará de tono, y en seguida se da cuenta de que el problema no es la historia, sino quienes están representándola.  Si Henry Cavill no estuvo mal como el Superman de Man of Steel (2013), probablemente se deba a que esperamos del superhéroe algo ajeno en su relación con los terrícolas.  Aquí no hacía falta que fuera tan hermético ni glacial, pero se superó a sí mismo en el tren equivocado.  Y Hammer le hace la competencia.

Es una pena, porque en este revival de historietas y series de televisión a que nos tiene sometidos Hollywood, hacía falta una vuelta a los 60 con algo que le rindiera culto al vintage sacándole lo que hay de atractivo al margen de la época.  Nos quedamos con la impresión de que los dos superagentes nunca llegan al presente y que, en el pasado, seguramente fueron otra cosa.

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