MIAMI.- El llamado de alerta de varias compañeras de causa y una lluvia de críticas a lo que muchos calificaron de actitud lamentable, hasta hace pocos días no parecían razones suficientes para que Berta Soler, al frente de las Damas de Blanco, aceptara que ocupar el puesto de líder en un grupo, requiere del apoyo de la mayoría.
Sin embargo, algunas horas de reflexión quizás, o el simple análisis de que es inconsecuente predicar democracia sin practicarla, permitieron que Soler esta mañana, antes de que las mujeres opositoras emprendieran su caminata dominical, anunciara que acepta someter su posición a un proceso de elecciones en el que todas la integrantes decidan a quién prefieren para que las represente.
Tras la muerte de Laura Pollán, fundadora de las Damas de Blanco, Soler pasó de manera automática a encabezar el grupo sin que mediara un proceso de consulta.
Según criterios emitidos por algunas Damas de Blanco, el liderazgo de Soler al desaparecer físicamente Pollán, se debió a que ambas mantenían una relación de amistad muy familiar.
Inconformidad por falta de transparencia en el manejo de las finanzas y métodos arbitrarios de dirección son críticas han que de forma anónima algunas de las damas han manifestado, pero el detonante de la crisis del grupo surgió con el acto de repudio ofrecido en diciembre a Alejandrina García de la Riva en la propio sede de la organización.
Elecciones secretas para un nuevo liderazgo se convirtió en un reclamo creciente desde la difusión de un video que recoge el enfrentamiento.
La decisión de Berta Soler anunciada hoy no es más que una muestra de que puso en práctica lo que ha sido bandera de su lucha contra una dictadura, la democracia.