MIAMI.- Si hay una organización dentro de Cuba que haya conseguido tocar la fibra sensible de la comunidad internacional, esa ha sido las Damas de Blanco. La dignidad de este grupo de mujeres que se enfrentó a la dictadura para exigir la liberación de sus esposos encarcelados ha sido un ejemplo que ha perdurado con el tiempo. No es ni nunca ha sido una tarea fácil. A Laura Pollán le costó la vida esta ingente labor de oposición y denuncia en la que estas luchadoras por la libertad sufrieron en sus carnes el acoso y la violencia de las turbas castristas.
Lo ocurrido estas últimas semanas en el seno de la organización ha sido una verdadera desgracia a la que esperamos se le halle freno inmediatamente, antes de que se ponga en duda el prestigio y la honorabilidad que tanto sufrimiento ha costado ganar.
El miércoles,100 de estas mujeres dentro de Cuba firmaron una carta en la que se pide reintegrar a todas las activistas expulsadas injustamente y profundizar en los métodos democráticos y el diálogo interno para no cometer errores que puedan comparar sus métodos con los de la dictadura castrista.
El acto de repudio contra Alejandrina García de la Riva es una muestra de que los que somos capaces de denunciar la injusticia fuera de nuestra casa, somos capaces de cometerla sin darnos cuenta contra los nuestros.
Se abre pues una nueva etapa en la que seguro veremos nuevos rostros y los medios podremos enfocarnos en lo realmente importante, que es la labor de Las Damas de Blanco para recuperar la libertad de todos los cubanos en la que tienen derecho a participar tanto los que viven en la isla como los que no tuvieron más remedio que marcharse.