REDACCIÓN/ESPECIAL.- La imagen de Hugo Chávez regresa a la estrategia electoral de la dictadura de Nicolás Maduro.
Las elecciones presidenciales en Venezuela se celebrarán el próximo 28 de julio, pero el régimen mantiene inhabilitaciones a la oposición
REDACCIÓN/ESPECIAL.- La imagen de Hugo Chávez regresa a la estrategia electoral de la dictadura de Nicolás Maduro.
El día de su fallecimiento (5 de marzo) el Consejo Nacional Electoral (CNE), afín a la tiranía, convocó la elección presidencial para el día de su nacimiento (28 de julio). Aunque el intento de alejarse de sus símbolos y sustituirlos de manera progresiva por los del liderazgo actual, no funcionó, la principal estrategia electoral del régimen de Maduro no se concentra en el simbolismo, sino en la inhabilitación de María Corina Machado.
La organización express de la elección presidencial -transcurrirán solo 147 días entre la convocatoria y la elección- provoca que el lapso de postulación de candidaturas esté previsto del 21 al 25 de marzo. Es decir, la oposición venezolana tiene poco menos de dos semanas para definir la estrategia que seguirá en torno a la candidatura de María Crina Machado, quien, a efectos “legales” de la dictadura venezolana está impedida de formalizar su postulación.
La reacción de Machado al anunció del CNE no ha contribuido a despejar las dudas en torno a la estrategia de la oposición. En un breve discurso después de la convocatoria, Machado sostuvo que “al régimen no le quedará más remedio que aceptar que aquí habrá elecciones limpias y libres”.
Según Machado “se saben perdidos, ellos buscan paralizarnos y la reacción nuestra tiene que ser más fuerza y, si nosotros reconocemos que la verdadera fuerza es esta, habrá elecciones limpias y libres; depende de nosotros (…) Claro que ellos no quieren una elección porque saben que los vamos a barrer de calle, por eso no quieren enfrentarse conmigo”.
“Ellos vienen en picada. Los derrotamos espiritualmente. Tienen miedo porque saben que en unas elecciones los vamos a barrer, pero cuando entre a Miraflores cada uno de ustedes entra conmigo”, agregó la líder opositora.
Según Pedro Urruchurtu Noselli, coordinador de relaciones internacionales del comando de campaña de Machado, criticó a quienes proponen que Machado debe hacerse a un lado.
“Aun sabiendo que no hay elección libre posible sin María Corina -sostiene Urruchurtu Noselli- no tienen apuro y no tienen problema con que lo que se dé sea una simulación con matices competitivos que les haga más cómodo llamarle ‘presidente’ a Maduro y ‘evitar la confrontación (…) Coquetean con la idea de ‘espacios de poder’ que, al final, no representan mando alguno,
pero que les permite chapear con cargos vacíos y plenamente serviles al régimen. No quieren un país libre porque la responsabilidad de conducir esa libertad les pesa”.
Omar Zambrano, director de Anova Policy Research sostiene que el deseo de cambio “está en la calle de una manera abrumadora, que no se sentía desde 1998. Ese deseo antecede a la elección de María Corina Machado como candidata, pero ella ha sabido interpretarlo y canalizarlo de manera más que apta. Por ello todos los estudios de opinión indican que la gente que quiere cambio es potencialmente una fuerza electoral indetenible, y esa fuerza ve a Machado como su candidata”.
No obstante, Zambrano sostiene que “esa fuerza bien pudiera trascender a Machado como candidata, pero en ningún caso la excluye como voz y líder en la conducción de esta: Ningún político acumula hoy en día su credibilidad y capital político. De la misma manera, puede afirmarse que no todo vale. No todos los candidatos son aptos para canalizar ese deseo de cambio. Hay candidatos que, de hecho, son una amenaza, un lastre, para que esa mayoría de cambio se exprese y movilice en forma de un vendaval electoral”.
Desde la visión del director de la firma Datanálisis, Luis Vicente León la fecha clave del anuncio del CNE no fue el 28 de julio, sino la etapa de postulación de candidaturas.
A partir de esta fecha, León sostiene que “las incertidumbres críticas que definen los escenarios políticos del país son claras: ¿Cuál será la respuesta (estrategia) definitiva de Machado ante la imposibilidad irreversible de participar en esa elección?, ¿deslegitimar la elección; nombrar un sustituto de su círculo, que también será probablemente inhabilitado; negociar con la oposición su sustitución y mantener vivo el juego (probablemente con presión de los aliados externos) o atacar a cualquier sustituto que nombre la PU sin ella y repetir el 2018?”.
La mayoría de las preguntas que plantea León aún no tienen respuestas concretas, pero sí abre la posibilidad a que existan, al menos, cinco escenarios para el proceso del 21 al 25 de marzo.
Según el análisis de la organización Votoscopio la incertidumbre sobre la estrategia de Machado y la Plataforma Unitaria permite proyectar cinco escenarios:
En el análisis de la organización se considera que el escenario menos probable que ocurra es el número 5 (se permite la postulación de Machado y que compita en contra de Maduro en julio), mientras los que tienen mayor probabilidad de ocurrir es el escenario 2 que se refiere a la postulación concertada de candidatos alternativos a Machado.